El uso imprudente de una bombona de gas butano pudo haber sido el origen de la explosión que causó el jueves el derrumbamiento de la tercera planta de un edificio de Alicante, suceso en el resultaron heridas doce personas, de las que cuatro permanecen aún hospitalizadas, y que obligará a demoler tres inmuebles afectados.

La hipótesis de un uso imprudente de una bombona de gas es la interpretación inicial a la que ha llegado la policía local de Alicante tras escuchar la declaración de uno de los testigos de la deflagración y posterior derrumbamiento del inmueble, una mujer que compartía piso con los dos heridos más graves y que se encontraba en otra habitación en el momento en que sucedieron los hechos.

El jefe de la policía local, Luis Gómez, hizo estas declaraciones durante la rueda de prensa que ofreció ayer el alcalde accidental de Alicante, Andrés Llorens, para informar sobre el estado de los cuatro heridos que permanecen ingresados en el Hospital General y de la situación en que han quedado los edificios afectados por la explosión, que se declararán en ruina total y serán demolidos.

Según Llorens, los primeros indicios muestran una "imprudencia temeraria" por el uso indebido de una bombona de butano en la vivienda del tercer piso en la que se produjo la explosión, aunque la investigación todavía no ha determinado si ésta ocurrió en la cocina.

De la declaración de la testigo, de nacionalidad venezolana, se desprende que pudo haber un "uso imprudente" por la "apertura de una bombona de butano" por parte de uno de los dos heridos.