Después de semanas jurando y perjurando que British Petroleum (BP) correría con los gastos del vertido en el golfo de México, Barack Obama logró ayer arrancar a la petrolera británica el compromiso de que destinará 16.200 millones de euros a un fondo de compensación de nueva creación para los afectados por el peor desastre ecológico de Estados Unidos.

El presidente hizo el anuncio después de entrevistarse en la Casa Blanca con ocho de los principales ejecutivos de BP, incluido el presidente, Carl-Henric Svanberg, el consejero delegado, Tony Hayward, y el máximo responsable de la filial estadounidense de la petrolera, Lamar McKay. "Obviamente 75 millones no eran suficientes", dijo tras el encuentro Obama, que manifestó su confianza en que BP logrará capturar el 90% de la marea negra en unas dos semanas. Según los términos del acuerdo, los fondos llegarán en los próximos cuatro años, a razón de 4.000 millones de euros al año para no perjudicar su viabilidad financiera. "BP es una compañía fuerte y viable y todos queremos que lo siga siendo", subrayó.

Ambas partes acordaron que para asegurar que la gestión de ese fondo sea independiente será Kenneth Feinberg quien lo supervise. Feinberg es el zar de los salarios designado por la Casa Blanca para controlar las nóminas de las empresas rescatadas con el dinero de los contribuyentes y en el pasado ya dirigió el fondo de compensación para las víctimas del 11-S.

Obama, que el martes se dirigió por primera vez al país desde el Despacho Oval para hablar del vertido, anunció que la petrolera destinará otros 82 millones de euros para los trabajadores que perdieron su empleo tras la explosión de la plataforma.

Svanberg, por su parte, confirmó los términos del acuerdo y anunció que la junta directiva acordó no abonar dividendos en lo que resta de año. "BP siempre ha cumplido sus obligaciones y lo hará también ahora", dijo.