British Petroleum espera empezar a bombear mañana parte del crudo que quede recogido en la estructura gigante que pudo colocar ayer con éxito sobre la plataforma hundida hace ya 18 días.

Fue una operación de gran envergadura y de una precisión milimétrica, en la que hizo falta sumergir hasta el fondo marino varios robots para alinear correctamente la colosal cúpula de 100 toneladas de peso.

La marea negra sigue sin llegar a la costa del continente, mientras las autoridades continúan preparándose para una posible contaminación de las playas y sus potenciales efectos en la salud de la población, que incluye desde campañas de advertencia y controles de calidad del aire y el agua hasta rigurosas inspecciones en las plantas procesadoras de mariscos y pescados.

ELECCIONES EN NOVIEMBRE La polémica por las perforaciones se ha situado en el primer plano en Florida, donde el gobernador Charlie Crist, un republicano que se presentará a las legislativas de mitad de mandato para buscar un escaño en el Senado, está estudiando incluir en las elecciones de noviembre una pregunta a los ciudadanos para que se pronuncien sobre la posibilidad de vetar este tipo de actividad en el estado.

Mientras, los conservadores más reaccionarios siguen cargando las tintas contra la Casa Blanca y la última ocurrencia ha llegado en boca del locutor de radio Mark Levin, quien se sumó a las teorías conspirativas sin fundamento que han empezado a circular y que insinúan que el presidente Obama estaría pensando en nacionalizar la industria petrolera. "Suena como a Hugo Chávez", afirmó.

Al margen de los trabajos de los ingenieros de BP, una organización ecologista de San Francisco ha iniciado una campaña para gestionar la recogida y envío a la costa del Golfo de México de toneladas de pelo animal y humano para ayudar en las tareas de limpieza del vertido creando con ellas esponjas gigantes absorbentes.