Sin apenas resquicio de duda y de forma apabullante, los nueve miembros del jurado popular dictaminaron ayer por unanimidad que fue la venganza por el fin de una relación sentimental lo que llevó a José Bretón a acabar con la vida de sus dos hijos de 6 y 2 años. Que ideó un macabro plan y, aprovechando su posición de superioridad e indefensión de dos niños, les suministró pastillas tranquilizantes y les arrojó a una hoguera que estuvo avivando con gasoil durante varias horas.

El retraso de casi tres días en la deliberación de estas siete mujeres y dos hombres hizo pensar que podía haber discrepancias sobre la culpabilidad o no. Pero ayer dejaron claro que fue solo por la meticulosidad a la hora de argumentar profusamente cada una de sus respuestas a las 21 preguntas formuladas por el juez y las partes sobre cómo se desarrollaron los hechos.

Atenta, vestida de negro y gris y camuflada entre el público que llenó la sala de vistas de la Audiencia de Córdoba, se encontraba Ruth Ortiz, la madre de los pequeños. Al contrario que otros días, ayer quiso estar presente para ver cómo condenaban a su exmarido, quien apenas pestañeó mientras escuchaba el fallo. La policía evitó cualquier cruce de miradas entre ellos al final de la lectura del veredicto interponiéndose entre el acusado y el público cuando hubo que abandonar la sala.

CON ALEVOSIA Y PARENTESCO Durante casi una hora, el portavoz del jurado, el más joven de los varones, fue desgranando una por una todas las preguntas y explicando qué testimonios o pruebas periciales de las oídas durante tres semanas de juicio avalaban su decisión de considerar culpable a Bretón de matar a sus hijos de forma intencionada y violenta y de simular la desaparición de los mismos. Unos hechos que la fiscalía tipifica como asesinato con los agravantes de alevosía y parentesco.

Así, al jurado no le caben dudas del carácter rencoroso, maniático e incluso despectivo hacia su exmujer de Bretón, que en varias ocasiones expresó en su círculo de amistades su resentimiento tras ser abandonado. "No se va a salir de rositas", recordó el jurado que dijo haberle oído un testigo. A otro, Bretón llegó a asegurarle que mataría a alguien algún día y que tras salir de la cárcel, cobraría el paro.

El tribunal popular considera probado que Bretón preparó concienzudamente su plan y fue haciendo acopio de leña y combustible para llevarlo a cabo. Entiende además que "manipuló" a su psiquiatra para obtener las pastillas tranquilizantes que acabó suministrando a los menores al mediodía del 8 de octubre del 2011 con intención de adormecerles o matarles. Un aspecto que no quedó claro durante el proceso, en el que solo se comprobó que Bretón no daba una versión lógica sobre lo que hizo con ellos.

Ya en la finca, arrojó los cuerpos a una hoguera y usó una mesa metálica para convertirla en pira funeraria. Después se fue al parque y, para crear una coartada, quedó con sus hermanos, calculando los tiempos para llamarles alertando que se le habían perdido los niños al llegar.

Había expectación por comprobar cómo solventaría el veredicto los errores en la identificación de los huesos hallados en la finca y la falta de ADN. Pero para el jurado queda claro que los hallados en la hoguera son los mismos que analizaron tanto la perito de policía científica como los antropólogos forenses, y que corresponden a dos niños de 6 y 2 años. Inequívocamente para ellos, Ruth y José. Y dan toda la credibilidad al informe del experto Francisco Exteberría que determinaba la posición de los cuerpos por la disposición de los restos.

Los únicos aspectos que no ha sabido resolver el jurado son si Bretón pasó la mañana del 8 de octubre por la finca de Las Quemadillas cuando supuestamente estaba en casa de su hermana Catalina, y si las paradas que realizó en varios contenedores de basura al salir de la finca fueron para deshacerse de ropas y otros efectos de los niños que pudieran comprometerle.

PETICION DEL JURADO El juicio ha quedado visto para sentencia, que será dictada por el presidente de la sección tercera de la Audiencia a partir del pronunciamiento de culpabilidad del jurado y atendiendo a la petición de las partes. Fiscalía y acusación piden la máxima pena, 40 años de prisión por doble asesinato, y la defensa mantiene la solicitud de absolución.

El jurado solicitó también por unanimidad que Bretón cumpla la pena a que se le condene en su integridad. Rechaza así que pueda acogerse a beneficios penitenciarios como libertad condicional o indultos.