El responsable de la brigada del Ministerio de Medio Ambiente (Brif) que participó en la extinción del mortal incendio de Horta de Sant Joan (Tarragona) ha defendido hoy su actuación y ha asegurado que avisaron que se iban y que decidieron marcharse porque no vieron que la zona fuera segura.

En su comparecencia en la Comisión de Investigación del Parlament, el responsable de la Brigada contra Incendios Forestales (Brif) de Daroca, Raúl Vicente Pérez, se ha desmarcado así de las críticas de los bomberos de élite catalanes (Graf), que les acusaron de huir sin avisarles y de distorsionar el operativo. Por el contrario, el responsable de las Brif ha señalado que desde un primer momento vio que el incendio tenía un potencial de riesgo elevadísimo y que cuando oyeron que por las emisoras de los Graf se alertaba del peligro decidieron irse de forma ordenada porque había mucho combustible aún por arder y la zona segura que habían hecho los bomberos del Graf de Lleida era demasiado pequeña, ya que tenía 200 metros cuando, según su protocolo, debería haber tenido más de 2.500 metros.

Vicente Pérez, que se ha emocionado y ha llorado en recuerdo de las cinco víctimas mortales, ha dado su palabra de que avisó voz en grito a dos bomberos del grupo Graf de Barcelona de que se iban y que también alertó de la situación a una unidad de Mataró (Barcelona), que estaba con dos vehículos de bombas de agua, a los que aconsejó sin éxito que fueran evacuados por medios aéreos junto a ellos.

El responsable de los Brif ha explicado que su brigada, de forma coordinada con el enlace de los Graf, se dividió en tres cuadrillas para trabajar junto a los bomberos de élite catalanes para trazar el paso de una manguera "en medio de la selva". Sin embargo, ya desde un primer momento tuvo muy claro que el incendio presentaba un potencial de riesgo "elevadísimo", ante lo que fue muy precavido y adoptó decisiones de precaución para garantizar su seguridad, buscando en todo momento vías de escape.

Hacia el mediodía, poco antes del fatal desenlace, un compañero suyo oyó por las emisoras de los Graf que había conversaciones que apuntaban a un empeoramiento de la situación, por lo que decidieron ir a la zona segura que había hecho la unidad Graf de Lleida. Sin embargo, una vez allí, comprobaron que la zona segura no les daba garantías, porque "no se pudo realizar en las dimensiones que sería necesario".

Un miembro de las Brif vio entonces una columna de humo entre las copas de los árboles, por lo que acordaron irse de aquella zona, en esta ocasión sin avisar a los Graf de Lleida. "No entablamos conversación, estaban allí y se alarmaron, uno se abrochó su mono. Fue una transmisión indirecta (de la información)", ha relatado. Luego se dirigieron hacia donde estaban los Graf de Barcelona, a los que sí comunicaron que se iban a buscar una zona segura natural de dimensiones mayores que habían detectado a media mañana.

Según Raúl Vicente Pérez, no se trató de una huida, sino que siguieron el procedimiento de evacuación que fijan los protocolos de seguridad internacional, de forma que fueron andando, en fila india, ordenados y tras comprobar que su brigada estaba completa.

El mando de las Brif no ha querido decir claramente que su opción fue la buena y la de los Graf la mala, si bien ha precisado que él decidió irse de la zona porque consideraba que estaban en "situación de riesgo" y de la misma forma que se pudieron evacuar a los 18 miembros de su unidad también podrían haber salido por la misma ruta otros bomberos.