Britney Spears no está dispuesta a que Christina Aguilera le gane terreno. El polémico beso que la joven se dio con Madonna ante medio mundo --que provocó la ira de Aguilera porque el suyo tuvo menos duración y repercusión--, ha sido el detonante. Ha llegado el momento de hacerse mayor y más sexy. En Washington, el pasado día 4 Spears ya exhibió su nueva imagen (foto).

Britney, tras comprobar que Aguilera subía el listón con Dirrty, reduciendo vestuario y con actitudes sexuales más explícitas, piensa que es hora del cambio y la provocación. Debutó vistiendo de colegiala y haciendo de la virginidad la marca de la casa. Enterró su virtud reconociendo que el mito se acabó con la colaboración de Justin Timberlake. Y, ahora, ha puesto toda la carne en la parrilla para el lanzamiento de su nuevo álbum, mirándose en uno de los iconos sexuales de los 50 y 60, la francesa Brigitte Bardot.

En la portada y páginas interiores de la revista Rolling Stone, (foto inferior) Britney saca partido de su cuerpo y emula el peinado y las poses de B.B. jugando con la lencería inquieta, que deja a la vista piercings y tatuajes. Es una jugada de resultados probados, porque este verano Kylie Minogue ya tomó como modelo a Bardot.

REVOLUCION MUSICAL

Pero el tórrido cambio estético de Britney va a ir parejo a una revolución musical. "Sensual y sexual", define la cantante a su nuevo disco. "El disco es un reflejo de mi vida personal en este momento", ha definido Britney, satisfecha de su imagen "más caliente". Pero Aguilera contrataca desde la revista Esquire con su nueva imagen, morena y seductora. La revista la califica de "icono del siglo XXI".