Con sólo 21 años, la cantante estadounidense Britney Spears ya tiene objetos suficientes para montar una de esas subastas-desguace por las que los fans son capaces de pedir hipotecas. Es lo que tiene ser famosa: una hace una limpieza de armario y con los desechos saca fondos para su propia fundación benéfica: un campamento para niños con habilidades artísticas.

Spears ha querido que la puja, que empieza el próximo jueves por internet e incluye 60 vestidos (en la foto, la cantante con uno de ellos), tenga un plus intelectual. Por eso entre los 170 objetos a subasta hay reseñas escolares que incluyen "pensamientos" --y correcciones de los profesores-- de los libros No talent kid, de Kurt Vonnegut y Antígona, de Rex Warner.

Y de las letras al fetichismo: el lote incluye las orejas de ratón que llevó en el Club Micky Mouse, la blusa blanca del conjunto de pérfida colegiala que lució en la gira Oops... I did it again y alguno de sus ventilados vestidos.