¡Cuidado con el bombón o el caramelo que le ofrezcan hoy! Mucha atención a los paquetes de cigarrillos y cajas de chicles. Sea suspicaz si comienza a sentir que a su alrededor, ya sea en el autobús o en medio de la calle, huele muy pero que muy mal. No se sorprenda si de repente el jabón que utiliza le deja las manos negras en lugar de limpiarlas. Recuerde que hoy es 28 de diciembre y las inocentadas van a estar a la orden del día. Pero también sea precavido, sobre todo si usted es el bromista, y tenga en cuenta que los artículos de broma pueden provocar incidentes poco o nada divertidos --e incluso accidentes graves-- si no se utilizan correctamente.

Youtube o los programas de la televisión sobre vídeos caseros están llenos de ejemplos. Y la Unión de Consumidores de Extremadura (UCE) no quiere ser aguafiestas ni restar contenidos a estos espacios, pero previene a los extremeños de los riesgos que entraña el uso de artículos de broma no ajustados a la normativa o con una información insuficiente sobre su utilización. "En ocasiones ocurre que esa etiqueta que, seguida a rajatabla nos indica que la broma tan graciosa no es aconsejable hacérsela a niños menores de cierta edad, o que pueden acabar de mala manera las chuflas con productos inflamables si se las hacemos a ese amigo que se está fumando un puro, no contiene la información de forma clara y precisa, y el usuario carece de instrucciones para utilizar correctamente el producto", explican desde UCE.

Por ello los responsables de la organización se han ido a las tiendas, han comprado una decena de artículos de broma (spray fétido, bombones amargos, fulminantes para cigarrillos, goma de mascar, polvos para estornudar, polvos de escritura invisible y bombas fétidas, entre otros) y han analizado si se ajustan o no la legislación en materia de información y seguridad. La conclusión es que "el 55% incumplen la normativa vigente e incluso encierran peligrosidad". Así, entre las distintas deficiencias, han identificado que algunos de ellos no incorporan en sus etiquetas la información sobre el fabricante o distribuidor, sus componentes o ingredientes, las instrucciones de uso o no se advierte de que se trata de sustancias inflamables. "Todo esto conlleva a una falta de información para el consumidor que en algunas ocasiones puede producir un daño para la salud o bien la imposibilidad de reclamar al fabricante o distribuidor", señalan desde UCE, que lanza una crítica generalizada a estos productos: "en todos los artículos que hemos adquirido se hecha en falta, aunque no sea obligatorio, un número de teléfono de información al consumidor, por si fuese necesario".

Por ello y con el fin de evitar que la broma se convierta en algo más grave y serio, UCE aconseja extremar la precaución en la utilización de estos productos. Es decir, sea inocente si quiere, pero que no le tomen el pelo... ni que tampoco se lo quemen.