En medio de la avalancha de malas noticias, los gallegos tenían ayer un motivo para sonreír: los barcos amarrados a causa del temporal pudieron reanudar las tareas de limpieza del fuel, paralizadas desde el jueves.

Los buques anticontaminación encargados de aspirar las manchas de fuel que flotan sobre la superficie del mar comenzaron a trabajar sobre las siete de la mañana. En total se han recogido ya 1.245 toneladas del vertido.

En las 136 playas afectadas operan unas 600 personas, entre personal de la Administración y voluntarios, según la Delegación del Gobierno en Galicia, aunque los grupos ecologistas afirman que son muchos más.

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