El buque MV Ulla, hundido el lunes frente a Alejandreta (Turquía) con 2.200 toneladas de cenizas tóxicas, fue retenido en 1998 en tres ocasiones por autoridades portuarias de Noruega, Reino Unido e Italia. Entre las deficiencias detectadas figura la detección de un agujero en el casco, que las escotillas no cerraban y que el ancla no funcionaba, según la base de datos de la UE que controla la flota de la marina mercante.

El barco, según el registro comunitario, fue inspeccionado por última vez en julio de 1999, cinco meses antes de partir de Avilés (Asturias) con 3.488 toneladas de cenizas de centrales térmicas compradas por la empresa Dragados para la construcción de una presa en Argelia. Tras ser rechazada en este país, la carga llegó a Turquía, donde las autoridades detectaron la peligrosidad del cromo VI (un potente cancerígeno) que contenía y la inmovilizaron.

Tras cuatro años anclado, el buque se hundió justo antes de que la carga fuese a volver a España. A las autoridades europeas les consta que el buque fue construido en 1969, y que el armador actual es Danfos Maritime Tradin y su propietario, Mavi Deniz Tasimacilik.