Mariano Pérez de Guzmán dio un giro de 180 grados a su vida cuando cambió la ingeniería de obra pública por la restauración. Hace cuatro años tomó los mandos de un local cacereño clásico entre los clásicos, lo transformó y bautizó como Bouquet. Quizá porque su promotor es ingeniero, el camino del restaurante dibuja una línea recta en continuo ascenso desde que abrió sus puertas completamente renovado, en marzo de 2013.

El «mejor jamón de bellota» se cría en las dehesas familiares del sur de Badajoz para emplatarse en su salón como uno de los platos estrella del restaurante.

Con un equilibrado binomio calidad—precio y un servicio de trato amable y natural, Bouquet es único por su oferta culinaria, entorno, servicio y decoración y ha logrado hacerse un hueco en la competitiva oferta cacereña. En palabras de su director, cuenta con la «mejor terraza de Cáceres» en la histórica plaza de Publio Hurtado.

Bouquet es el lugar idóneo para celebrar citas especiales. Con 32 plazas en su salón y 44 en la terraza, es frecuente la reserva del restaurante para conmemorar ocasiones singulares.

El chef cacereño Cristian Bernal celebra en Bouquet doce años entre fogones. Segunda generación de cocineros, nos ofrece en esta ocasión el buque insignia de su cocina: El Risotto de Rabo.

Su secreto está en la calidad de los ingredientes y en las largas horas de maceración en una mezcla perfecta de especias y vinos de la tierra en la que no falta tampoco el foie o la canela. Para acompañar, Pérez de Guzmán apuesta sin duda por un buen caldo extremeño: Palacio Quemado.

Deguste en un ambiente cosmopolita la mejor cocina de fusión.