Paul Burrell llegó ayer a Madrid en visita promocional por un libro, La vida real de Diana de Gales, cuya traducción al castellano ha agotado en seis días una primera edición de 30.000 ejemplares. El mayordomo de Lady Di aprovechó para comparar a su jefa --"un icono de la modernidad"-- con la futura princesa de Asturias. "Hay que darle todas las oportunidades a Letizia porque Diana fue juzgada desde el primer día. Al menos, me consta que ella cuenta con el amor y el apoyo de su futuro marido. Algo que no tuvo la princesa de Gales", dijo en su encuentro con la prensa en una de las salas del Hotel Ritz.

Burrell (en la foto) jugó a la ambigüedad ante la pregunta del millón: ¿Hubo una conspiración para asesinar a Diana? "Mi corazón quiere creer que su muerte fue un accidente, pero hasta que la investigación acabe no podremos estar seguros".

JUSTIFICACION El exlacayo real (trabajó 11 años al servicio de la reina Isabel, y 10 al de Diana) justificó su tardía decisión de publicar la carta en la que la princesa vaticinó que fallecería en un accidente de automóvil provocado.

"Durante años, mi nombre y el de mi familia ha sido arrastrado, casi perdemos nuestro hogar y todo lo que teníamos", explicó en alusión al juicio al que tuvo que enfrentarse cuando fue acusado del robo de más de 300 objetos de la princesa. "Ahora, este libro financia a mi familia y restaura mi buen nombre", se justificó.

Pero el mayor mérito de la obra de Burrell es, según dijo, "servir de llave para abrir una investigación en el Reino Unido sobre la muerte de la princesa". Burrell aseguró que todavía no ha escrito lo más interesante y que, de momento, no piensa hacerlo. "He aprendido a no decir ´nunca jamás´. Si algún día la memoria de la princesa vuelve a ser mancillada y me siento acorralado, lo haré", sentenció.

El exlacayo aprovechó para desmentir algunos rumores: "No he ganado tres millones de euros con este libro. Ojalá". "La princesa no estaba embarazada cuando murió y no había un anillo de compromiso en el lugar del accidente", zanjó.

Según Burrell, Diana estaba fascinada con el playboy Dodi al Fayed porque la trataba como una reina, pero desmintió que pensara casarse con él. El mayordomo también tuvo unas palabras para el heredero del trono británico: "Nunca veremos a Carlos convertido en rey ni, mucho menos, a Camilla convertida en reina".

Burrell entró ayer a un salón del Ritz dispuesto a ser fusilado por los flases y los focos. "Me siento como Michael Jackson", dijo, sin especificar si se refería a que se sentía como una estrella o como un hombre acosado.

AMIGO INSEPARABLE Tras el antiguo criado, caminaba Steve Dennis, el periodista del Daily Mirror que ha escrito La vida real de Diana de Gales y que se ha convertido en el amigo inseparable de Burrell.

Dennis llevaba una pequeña cámara de vídeo con la que grabó la entrada de su compañero en la sala, y asentía a cada afirmación del exlacayo. "Si los vecinos de mi pueblo pudiesen verme aquí, en Buckingham, sirviéndole la cena a la familia real...", pensó Burrell la primera vez que atendió a la reina. Quizá, con la cámara de su amigo, su pueblo pueda ver la llegada de Burrell a uno de los hoteles con más abolengo de Madrid, donde se hospedó en una suite del tercer piso.

Atrás queda ya la angosta habitación de Buckingham en la que vivió. El exmayordomo dejó anoche el hotel para probar los famosos huevos estrellados de Casa Lucio. Qué bien sienta que le sirvan a uno.