El huracán Katrina pilló al presidente de EEUU, George Bush, cuando estaba de vacaciones, y su vacilante respuesta al desastre erosionó enormemente la confianza de los ciudadanos en su gestión. En esta ocasión, el líder de la Casa Blanca no quiere que suceda lo mismo. Dos días antes de la llegada a las costas tejanas del ciclón Rita , que ayer descendió a la categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, Bush se lanzó a una incisiva campaña de relaciones públicas para recuperar el terreno perdido y demostrar al país que su Gobierno es capaz de hacer frente a estas catástrofes anunciadas. "Nos estamos preparando para lo peor", reiteró el mandatario desde el Pentágono, flanqueado por su plana mayor.

"Hemos desplegado las tropas con antelación", recordó Bush, al contabilizar en 50.000 el número de soldados que trabajan ya en el devastado sur del país para paliar el desastre del Katrina y prevenir en lo posible los daños del Rita, el segundo ciclón de mayor potencia jamás registrado en EEUU.

El presidente subrayó que había vuelto a consultar al secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, y al gobernador de Tejas, Rick Perry, para demostrar que sigue, minuto a minuto, la evolución del Rita .

El pasado miércoles, Bush se curó en salud, declarando el estado de emergencia en Tejas y Luisiana, los estados que se verán más afectados por el paso del huracán. Con ello, posibilitó que sean el Departamento de Seguridad Nacional y la Agencia Federal de Gestión de Emergencias las que coordinen la respuesta a los estragos del Rita , para evitar el caótico solapamiento entre autoridades federales, estatales y locales en que se convirtió la respuesta al Katrina , hace apenas un mes. "Esto no es tan diferente del Katrina ", subrayó Bush, tratando de demostrar que no lo hizo tan mal.

PREVENIDOS Sin embargo, acto seguido, reconoció que, ahora, los preparativos federales "se producen antes de que llegue la tormenta". Aunque la llegada del Rita vaya a dar a Bush una segunda oportunidad de demostrar que ha aprendido la lección, los politólogos eran ayer escépticos sobre el efecto beneficioso que una salida airosa pueda tener en los índices de popularidad del presidente. Ha hecho "demasiado poco y demasiado tarde, y van a seguir culpándole" por el fiasco del Katrina , dijo el historiador Douglas Brinkley .

Además, George Bush viajará hoy a Birmingham (Alabama) para revisar la situación de los evacuados del Katrina y, de paso, estar cerca de Tejas, con el fin de poder visitar ese Estado inmediatamente después del paso del huracán.