La policía ha desarrollado una amplia operación que ha servido para desarticular una banda de ciudadanos de origen albanokosovar a los que atribuye 77 robos en chalets y naves industriales en varias comunidades autónomas. La veintena de detenidos en la operación son miembros de una red que actuaba en grupos compuestos por entre tres y seis personas, y que utilizaban una extremada violencia en el caso de verse acorralados o si sus víctimas les hacían frente. La operación es de tal magnitud que abarca investigaciones y arrestos en puntos tan dispares como Madrid, Barcelona, Cádiz, Granada y Valencia. El grupo contaba con una gran especialización que implicaba que en cada célula hubiese un experto en conducción de evasión, otro en apertura de cerraduras o cajas fuertes y un tercero en inhabilitación de alarmas. El jefe, detenido en la operación, Gabriel W., pasaba temporadas con cada una de las células para supervisar su actividad delictiva. Los agentes comenzaron a relacionar unos robos y otros debido a la similitud del modus operandi. La policía ha asegurado que contaban con sofisticados medios técnicos, como inhibidores de alarmas o visores nocturnos, algunos de los cuales han sido requisados, así como radiales, cinceles, mazas, linternas, guantes y comunicadores. También disponían de una amplia infraestructura, tanto de alojamiento como de vehículos e, incluso, cambiaban de residencia cada cierto tiempo para evitar a la policía. Muy especializados La banda cuidaba mucho los detalles antes de proceder al asalto, tales como la existencia de alarmas, las vías de huida o si había vigilantes de seguridad. Después, actuaban siempre de noche enviando primero un vehículo lanzadera, que advirtiese de la posible presencia policial, y cuando asaltaban la vivienda o la nave industrial, dos coches permanecían recorriendo la zona. Tras perpetrar los golpes, la organización enviaba el dinero que obtenía a su país de origen a través de empresas dedicadas a tal efecto. Las primeras detenciones se produjeron el pasado 4 de mayo y corresponden a la célula que operaba en Catalunya y Valencia. Cinco días más tarde, la policía detuvo a tres individuos mientras intentaban robar en un restaurante cuando estaba cerrado, y en la misma noche se arrestó a otros cuatro miembros de la banda, autores de varios robos con fuerza. Córdoba, Granada y Málaga fueron los siguientes escenarios de las detenciones. En el camino que une a estas dos últimas ciudades fueron detenidos cuatro albanokosovares con el botín obtenido en el robo a un chalet, cometido horas antes del arresto. Finalmente, en Madrid fueron detenidos siete miembros de la banda, otros tres en Barcelona y el resto, ocho, entre Granada y Málaga.