Alos Reyes Magos, como a casi todos los padres, no les ha quedado más remedio que apretarse el cinturón, si bien en el contexto de crisis que afecta a todos los sectores, la industria juguetera es de las mejor blindadas. "La Navidad es una garantía. En tiempos de bonanza no hay grandes crecimientos, pero en momentos de crisis tampoco existe una caída enorme. Un padre no escatima en regalos", asegura José Antonio Pastor, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ). Su producto estrella --el del trío de Oriente, se entiende-- es un descenso de los precios que los fabricantes estiman que acabará alcanzando el 5% antes de la llegada de los Reyes, con más mirra que oro en sus sacos. Un dato: según los fabricantes, los 25 productos más demandados de este año han disminuido su precio en un 9,1% respecto a los 25 más demandados de la campaña pasada.

Si hace unos meses la patronal juguetera temía un ligero descenso del volumen de unidades, la semana pasada anunció que se agotaban las existencias de algunos modelos (Password, Pictionary, Pirámide de Playmobil, por ejemplo) en las fábricas y en muchas tiendas. "Los fabricantes ya no tenían posibilidad de reposición", afirma un ahora optimista Pastor, que reconoce que la alarma ha servido como acicate para que el comprador no apure sus compras.

En esta campaña, la AEFJ ha detectado algunos cambios de hábitos en el consumo. "Hay una tendencia creciente de anticipación de las compras. Octubre y noviembre han presentado porcentajes de crecimiento en las compras respecto a años anteriores", dice Pastor. Asimismo, la industria del juguete se ha adaptado a la tesitura económica con productos con envases y embalajes menos voluminosos. "Hemos reducido el volumen de los juguetes, lo que significa menor coste del transporte", asegura Pastor. Y son los costes del transporte, sobre todo, los responsables de que las importaciones de juguetes se hayan visto reducidas en un 22% en el periodo entre enero y octubre del 2009.

RENOVACION Con el 75% de las ventas concentradas en las fechas navideñas, una de las mejores cartas del sector es la renovación del catálogo. "La renovación es el motor del sector. El juguete necesita de la innovación constante. El 70% de los productos del top 25 de estas fiestas son nuevos", revela Pastor. Este año se ha renovado el 60% del surtido, y no solo para restaurar la ilusión entre los más pequeños, sino también para evitar las copias. "La piratería afecta mucho al sector. El 15% total de la facturación anual son mermas por copias", lamenta Pastor. Ese afán regenerador supone una inversión asociada a productos inéditos superior a los 161 millones de euros, según la encuesta sobre innovación tecnológica en las empresas del Instituto Nacional de Estadística. Y prueba del rejuvenecimiento es el esfuerzo inversor en partidas de I+D (investigación y desarrollo), que supera en un 43,5% a la media del resto de empresas industriales.

El sector prevé que cada ciudadano compre seis juguetes, situándose el gasto medio de los españoles alrededor de los 188 euros (93,65 euros por cada hijo y 46,57 euros para otros niños).

TRADICIONAL Y a la hora de gastarse ese dinero, el 75,6% de los consumidores, encuestados en un estudio de la AEFJ, se decanta por el juguete tradicional, frente al 15,3% que afirma que comprará juguetes electrónicos. Sin embargo, el estudio Euroski Infojuego asegura otro año más que el 94% de los españoles considera que los juguetes estrella de estas navidades serán el videojuego y las videoconsolas, aunque el 42% declara que no los comprará. "La diferencia de precios con el juguete tecnológico o audiovisual decanta la balanza. El mercado español es muy tradicional y este año los juegos de mesa están funcionando bien", concluye Pastor.