El calentamiento global que sufre el planeta impactará de lleno durante las próximas décadas en la fauna y la flora españolas. A modo de ejemplo, dos especies emblemáticas de la península Ibérica, como el oso pardo y el quebrantahuesos, podrían desaparecer por completo, según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) promovido por el Ministerio de Medio Ambiente. En caso de cumplirse las previsiones, el 51% de los vertebrados sufrirán una regresión, muy especialmente anfibios y reptiles, y también descenderán en un 20% las especies forestales como consecuencia del acusado aumento del calor y el retroceso de la lluvia.

RIESGO Las dos poblaciones de oso pardo que aún sobreviven en la Península sufrirán antes de finales del siglo XXI la completa desaparición de sus condiciones climáticas idóneas. Esto podría provocar su extinción si no se adoptan medidas, según Esteban Manrique, el director del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid y uno de los coordinadores de la investigación.

Otras especies importantes de nuestra fauna, como el lince ibérico o el acentor común (un pajarillo pardo acastañado que puede confundirse con el gorrión), también presentan un alto riesgo de extinción si no se adoptan medidas prácticas y muy específicas para la conservación de sus ecosistemas. En líneas generales, el trabajo, que ha evaluado un total de 317 especies animales, confirma que el cambio climático provocará la migración faunísitca hacia las regiones del norte y el noreste de la península Ibérica, así como a zonas más elevadas.

El informe concluye que los animales menos perjudicados por el calentamiento del clima serán los mamíferos, mientras que entre los más afectados figuran varios anfibios, como el sapo común, así como la lagartija de Valverde, considerado uno de los reptiles más singulares de la fauna ibérica. "Son los más vulnerables por su dificultad de movimiento, de encontrar huecos en los que acoplarse y de localizar nuevos hábitats idóneos", aseguró Manrique.

Para Miguel Araujo, investigador principal del estudio, el cambio climático traerá una "pérdida generalizada" de la biodiversidad mediterránea, ya que está expuesta a alteraciones más marcadas y posee una mayor diversidad filogenética, es decir, más cantidad de información evolutiva independiente en un conjunto de organismos.

EN PELIGRO / El impacto sobre este árbol de la vida que se deriva de la alteraciones climáticas también se dejará sentir sobre la flora, con una reducción que afectará al 20% de las especies forestales, especialmente en la zona sur.

Según Angel Felicísimo, coordinador de este apartado de la investigación, especies como el alcornoque podría desaparecer de Extremadura por el aumento de la temperatura y la sequía, mientras que aparecerán en la zona más continental de Galicia e incluso en Asturias. Otras, como el pinsapo, el roble albar, el abeto común y la encina, "atravesarán una situación especialmente preocupante".