Si la seguridad vial hubiera seguido siendo administrada con la misma rutina que en las dos legislaturas del PP, en los últimos cuatro años se hubieran producido en España 3.500 muertos más en las carreteras. Con otras palabras, menos directas, pero con la misma claridad lo dijo ayer el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que aprovechó los resultados del 2007 para echar un vistazo a una legislatura que se cierra con cifras realmente memorables.

En el año recién despedido, el número de fallecidos --2.741-- ha bajado por vez primera de 3.000. Hay que remontarse 40 años atrás, a 1967, para encontrar un dato tan favorable. La diferencia es que entonces circulaban por España 3,1 millones de vehículos y ahora esta cifra se ha multiplicado casi por 10.

El dato representa un bajada del 9,1% respecto del año anterior. Significativa si se tiene en cuenta, como recordó Rubalcaba, que se trata del segundo año de un carnet por puntos "que muchos ya daban por enterrado". Pero lo más espectacular es el descenso en el conjunto de la legislatura (2003-2007), que ha llegado al 32%. El Ejecutivo partía de los 4.029 fallecidos heredados de sus antecesores y esta cifra se ha ido rebajando año a año hasta llegar a los 2.741. Una caída de 1.288 muertes. De 11 víctimas mortales al día se ha pasado a una media de 7,5.

El descenso contrasta con el estancamiento registrado en los ocho años del Gobierno de Aznar. Empezó con 3.998 muertes en 1996, al año siguiente ya aumentaron a 4.034 y desde entonces nunca se bajó de la cota de los cuatro millares. "Había una suerte de resignación sobre lo inevitable de los accidentes que nos impedía bajar de 4.000. Cuatro años de política de seguridad vial han demostrado que se podía mejorar", resumió Rubalcaba.