TLtos extremeños somos muy europeos a la hora de insultar o ensalzar recurriendo a los animales. Para nosotros, un camello es alguien que pasa droga y en eso no nos alejamos del resto de España ni de otros países como Francia, donde llamar a alguien chameau es decirle mal bicho; Alemania, donde ick camel equivale a tonto de mí; Italia, que utiliza este animal jorobado para referirse a las personas feas, o Portugal, donde los camelos son los hombres dominados por sus mujeres. Hasta en el argot gitano la palabra camello tiene matices peyorativos: significa timador. Otro animal con mala prensa es la zorra. En inglés existen 220 palabras para referirse a las mujeres promiscuas (para los hombres sólo hay 20) y la más utilizada es zorra, que es también muy usada con ese significado en el norte de Europa. ¿Y qué decir del denostado piojo? Es más raro que un piojo verde, decimos en Extremadura para señalar a imprevisibles y extraños, mientras que en Italia, un pidocchio rifatto (piojo rehecho) es el nuevo rico estupidillo.

Con los pájaros, los extremeños somos más condescendientes y aunque buitres y cuervos sean aves de mal agüero y emparejemos a los bobalicones con pavos y gansos, lo cierto es que la nacencia es la cigüeña, la paz es la paloma y el valor de la libertad es simbolizado por la gaviota, ave que en la costa es síntoma de basura. La palabra pájaro es feúcha en castellano. Parece de estraza o de trapo. En alemán es más bella (wogel ), al igual que en inglés (bird ), francés (oiseau ) o italiano (ucello ). Pero si aspiras la jota, queda bonita.