Fueron los héroes de Suráfrica y ayer recibieron su justo homenaje en Oviedo. La selección española de fútbol, campeona de Europa y del mundo, fue la estrella de la ceremonia de los Premios Príncipe de Asturias. No estaban todos los campeones, ni siquiera la mitad, pero quienes asistieron a la gala celebrada en Oviedo vivieron con orgullo y emoción el acto, rodeados de personalidades del mundo del arte, las ciencias y las letras.

Entre tanto científico, escritor y dirigente, un grupo de futbolistas emergió en Asturias. Allí estaban 10 campeones del mundo: Xavi (Barça), Sergio Ramos y Casillas (Madrid), Capdevila y Marchena (Villarreal), Llorente y Javi Martínez (Athletic), Mata (Valencia), Navas (Sevilla) y Reina (Liverpool). Faltaban 13, siete del Barça, tres del Madrid y otros tres de la Premier. Y al frente Vicente del Bosque, el seleccionador que guió a la Roja al mayor éxito de la historia de la selección, a conseguir esa preciada estrella que luce ya en la camiseta.

Ovaciones

Apenas habían pasado cinco minutos de las siete de la tarde cuando la selección tomó todo el protagonismo. Reina, el simpático portero del Liverpool, fue el primero en recoger el premio. Le siguieron sus compañeros, todos con traje oscuro, de etiqueta rigurosa. El azulgrana Xavi fue el jugador más aplaudido, junto al capitán Casillas, el último en subir a la tarima. Pero entre tanto protocolo y contención, un detalle sobresalió. Del Bosque se saltó la rigidez del momento y acudió en busca de Luis Aragonés. Quería que su colega, campeón de la Eurocopa en 2008, le acompañase en esa cita. La ovación fue tremenda.

"El grupo al que represento reúne todas las virtudes que un entrenador desea siempre. La selección es depositaria de unos valores que van más allá de sus resultados, como la solidaridad, la modestia, la deportividad y el honor. Con ellos se consiguió la victoria final", proclamó el seleccionador, que ensalzó el éxito de sus jugadores en aquella maravillosa noche del 11 de julio en Johannesburgo. Ese día, España batió a Holanda en la final del Mundial en el estadio Soccer City, un éxito que causó una explosión de júbilo. "Fue el mejor premio para todos. Estamos muy satisfechos de responder a la confianza que millones de españoles depositaron en nosotros".

Jóvenes sin complejos

La gala se la perdieron jugadores decisivos en Suráfrica, empezando por Andrés Iniesta, autor del inolvidable gol de la final. Tampoco estuvo en su tierra el asturiano David Villa. El rey Juan Carlos llamó al presidente Sandro Rosell para interesarse por la presencia del Barça en el acto. Al final, la baja de Xavi ante el Zaragoza le permitió acudir a los premios, en los que no estuvo el Monarca.

Sí acudió, evidentemente, su hijo Felipe, que estuvo acompañado de Letizia y la reina Sofía. El Príncipe ensalzó a la Roja, con un mensaje especial para los jugadores. "Pertenecéis a una generación de deportistas que representa a la España joven sin complejos ni renuncias. Nos hicisteis sentir el orgullo de ser españoles y pertenecer a una gran nación", subrayó, antes de añadir: "En la noche del 11 de julio, España vibró ante un acontecimiento eternamente soñado. La ejemplaridad de la selección española es el mejor regalo que leshabéis ofrecido a los niños".

Potencia mundial

El heredero de la Corona, que fue el último en intervenir en la ceremonia del Teatro Campoamor, rememoró aquellos días de julio en los que España fue superando escollos hasta llegar a la final. "En las calles, plazas y casas de nuestros pueblos y ciudades se vivió una gran emoción", recordó Felipe, quien aseguró que España es en la actualidad una "potencia mundial" en el deporte.