Seguridad, trato a la víctima, eficacia y rapidez. Estas son las claves de actuación de los equipos de excarcelación de los bomberos cuando acuden al lugar en el que se ha producido un accidente de tráfico en el que hay atrapados en su interior. En los momentos críticos que vive la víctima hasta que finalmente es liberada, el papel que juega esta unidad resulta fundamental para lograr un rescate lo más rápido posible, y por supuesto sin provocar más heridas de las que ya sufre.

Juan Carlos Sánchez, Benigno Gómez, Manuel Villa, Martín Serván, como equipo técnico, con Estrella Prieto como sanitaria, José Manuel Guerrero, al mando, y Antonio Esteban como asesor. Estos son los nombres del equipo de excarcelación formado en el parque de bomberos de Mérida. Juntos constituyen una de las mejores unidades de la especialidad en todo el mundo.

Terceros. Esta es la plaza que han obtenido en el Campeonato Mundial de Excarcelación celebrado el pasado mes de septiembre en la localidad irlandesa de Cork. La posición tiene aún más mérito teniendo en cuenta que era la primera vez que acudían a la cita, y que nunca un equipo español había ascendido tanto en el ránking. Hasta ahora, el mejor resultado lo tenían los bomberos de Valencia, con el sexto puesto.

Esto le ha servido al equipo emeritense para entrar a formar parte, por méritos propios, en la élite de la especialidad en toda España. Pero la satisfacción de haber realizado un buen campeonato --tan solo por detrás de los equipos ingleses, considerados la potencia mundial de la disciplina-- no tendría ningún valor si después no puede aplicarse a la vida real. Por ello, van a transmitir sus conocimientos a bomberos de toda la provincia.

Según indica Antonio Esteban, la asistencia a citas como las de Cork --que él prefiere llamar jornadas formativas, en lugar de campeonato-- son fundamentales para estar al día de nuevas técnicas, materiales de los vehículos o herramientas. El intercambio de experiencias enriquece los conocimientos de los equipos, que al trasladarlos al día a día de un bombero pueden significar la diferencia entre salvar o perder una vida.

Pero de poco sirve todo esto si después no se pone en práctica. El equipo trata de cuadrar turnos para al menos una vez por semana entrenar en el desguace Caballero, donde tienen vehículos a su disposición para realizar sus ejercicios. Sin la implicación del desguace, y sin la de sus familiares y amigos, que en ocasiones participan como víctimas simuladas, no habrían llegado tan lejos.

Y esto también tiene un traslado a las intervenciones en accidentes reales. El mando del equipo, José Manuel Guerrero, que es quien lleva el peso táctico de cada operación, subraya la importancia de estar bien formados de cara a intervenir con mayor confianza. "Vamos más seguros", lo que permite dominar mejor situaciones extremas donde las dudas no están permitidas, como el accidente de Oliva de Mérida el 11 de septiembre donde murieron siete personas tras un choque frontal entre dos vehículos. En aquella ocasión los bomberos del parque de Mérida, junto con los de Hornachos, participaron en el rescate del único superviviente.

Y es que al final, todas las acciones, ya sean entrenamientos, campeonatos, encuentros nacionales o internacionales, tienen el mismo objetivo: prestar un mejor servicio al ciudadano.