La deforestación de la Amazonía brasileña se ha situado en un 88,4% durante el mes de junio en comparación con el mismo mes en 2018, tras la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia del país latinoamericano.

Los datos recabados por la agencia espacial de Brasil señalan una deforestación de 4.565 kilómetros cuadrados, lo que supone crecimiento en la desaparición de su superfície de un 15% respecto al año anterior. La información recogida por los satélites es clara: Cada minuto desaparece una superficie de selva similar a un campo de fútbol.

El tamaño total de la Amazonía es de 5,5 millones de kilómetros cuadrados. De estos, ya se han perdido 792.051, según ha estimado el Brazilian National Insitute of Space Research (INPE), lo que supone cerca de un 18% de superfície total. El punto de inflexión de la Amazonía, es decir, las condiciones que supondrían cambios irreversibles para el conocido como 'El Pulmón Verde' del planeta consisten en una desforestación del 40% de su superfície, como indicó el estudio Amazon Tipping Point.

INDUSTRIA CÁRNICA

Los motivos detrás de este proceso son, principalmente, la libre expansión de la ganadería y la plantación de soja en los territorios de la Amazonia. Una reciente investigación del diario The Guardian ha mostrado las múltiples estratagemas que las grandes empresas cárnicas del país, JBS y AgroSB, han utilizado para seguir aprovechando estos territorios protegidos mediante proveedores indirectos de productos cárnicos, en el segundo país con mayor exportación de carne al mundo, sólo superado por Estados Unidos.

Según los activistas locales, la llegada de Jair Bolsonaro al poder, ha supuesto un bache en la carrera para alcanzar una reducción del ritmo de destrucción de la Amazonía en un 80% para 2020 como prometió el expresidente, Lula Da Silva, en la Conferencia de las Naciones Unidas en Copnhague hace ya una década.

"Bolsonaro ha agravado la situación", ha dicho Paulo Barreto, investigador de la ONG brasileña Imazon, que ha reprochado al líder ultraderechista tanto sus políticas como su "fuerte ataque retórico". En la misma línea, Paulo Adario, de Greenpeace, ha comentado que "todo indica" que la deforestación ha empeorado bajo Bolsonaro, si bien ha confiado en que los nuevos datos obliguen al Gobierno brasileño a actuar.

CORRUPCIÓN EN EL GOBIERNO

No es de extrañar la polémica surgida entorno a los círculos de Bolsonaro y su relación con las empresas cárnicas. En la misma investigación de The Guardian se asegura como el ejecutivo de JBS, Ricardo Saud, afirmó como se había sobornado a 1.829 cargos políticos brasileños. Entre ellos destacó el anterior presidente, Michael Temer, pero también apareció el nombre de Onix Lorenzoni, actual Jefe de Gabinete de la Presidencia de la República.

El futuro de la selva tropical más grande del planeta la cual absorbe cerca de 1.000 millones toneladas de dióxido de carbono al año, se encuentra en jaque ante el líder de la ultraderecha brasileña. La propuesta de fusionar el ministerio de Agricultura con el ministerio de Medio Ambiente o la apuesta por la explotación industrial de la Amazonía derivando las competencias que hasta ahora tenía la agencia de protección del medio ambiente en Brasil, IBAMA, a ministerios económicos han puesto en pie de guerra a los activitas por el clima y la selva.