Como sucede cada comienzo de primavera desde hace varios años, la plácida, civilizada y tranquila Canadá vuelve a atraer los odios de medio mundo. En ese territorio que no da problemas a nadie, que rara vez aparece en las noticias y del que por lo general solo se oyen cosas buenas, está a punto de empezar la temporada de caza de focas, y los corazones ecologistas rugen. Pronto habrá noches en que los niños se irán a la cama con la imagen de un despiadado cazador canadiense descargando su garrote sobre el cuerpo de este animal tan simpático, los diarios y las televisiones se harán eco de la terrible cacería y todos, o casi todos, o en todo caso muchos, dirán que a los canadienses les falta un tornillo. Como es normal, el Gobierno de Canadá empieza a estar harto del asunto.

Así que este año se ha diseñado una estrategia preventiva. Las embajadas canadienses han empezado a distribuir un folleto para contrarrestar el "tono sensacionalista" que, dicen, emplean las organizaciones ecologistas en sus denuncias, y para corregir errores frecuentes.

¿Cuál es la imagen que más se repite por esta época, la que hace más daño a la imagen del bucólico país Sin duda, la del cazador que blande su primitivo garrote listo a descargarlo sobre la cabeza del animal. No solo matan a más de 300.000 focas en unos días, sino que las tienen que matar de esa manera. ¡Mito! El garrote no es primitivo y el método no es cruel, dice el Gobierno canadiense. "La Comisión Real sobre las Focas y la Industria de la Caza de Foca ha examinado los métodos de caza y ha concluido que la caza con hakapik garrote, practicada correctamente, no es cruel, y es incluso menos cruel que los métodos de matanza utilizados en los mataderos comerciales y que acepta la mayoría de la población".

¿Cuál es la segunda imagen que más daño hace a los canadienses Una muy desagradable: la de las focas cuando son despellejadas vivas. "A veces la foca parece moverse después de abatida. Cuando están muertas, las focas pueden tener convulsiones que son atribuibles a un movimiento reflejo y ello nos da la impresión de que el animal sigue vivo, cuando en realidad ya está muerto. Es similar al reflejo en los pollos".

MIL PALABRAS El Gobierno canadiense asegura que los cazadores no matan crías de foca, sino "animales autónomos e independientes"; que la población se ha triplicado desde los años 70 y, por lo tanto, no se pone en peligro la especie; y que la caza no tiene objetivo perverso de fomentar la recuperación de las reservas de bacalao.