El director de la Policía Montada de Canadá, William Elliot, anunció ayer que sus agentes ya no podrán usar de forma indiscriminada las pistolas de descargas eléctricas Taser. La decisión se ha tomado después de que, durante los últimos años, al menos 20 personas hayan fallecido en aquel país tras haber recibido un impacto de esta arma.

"Hay riesgos asociados con el uso del aparato y la nueva política policial pone el énfasis en que esos riesgos incluyen el de muerte, particularmente en el caso de individuos alterados", admitió. "Ahora hemos dejado claro que la única vez en que su uso puede ser justificado cuando haya una amenaza, contra los agentes o el público".