El campamento de la vergüenza en el muelle de Arguineguín está hasta los topes, a punto de explotar. Igual que la tensión que allí se ha generado estos días. Las incesantes llegadas de migrantes de las últimas jornadas han provocado que se acumulen más de 2.186 personas, a pesar de que las instalaciones solo están preparadas para acoger a 420. Este último fin de semana han llegado casi 500 personas en 13 pateras. La saturación condena a los migrantes a pasar el día y la noche sin la protección de las carpas de Cruz Roja, los obliga a estar hacinados en un punto, y a compartir los pocos baños que existen. Con este escenario es normal que salten chispas.

En el campamento se han vivido escenas de tensión entre parte de sus ocupantes y la policía. Los agentes dispersaron a porrazos a un grupo de jóvenes magrebís que intentaban recuperar artículos personales de las pateras amarradas al puerto. Mientras, continúa en el aire la promesa de cerrar el muelle de Arguineguín que realizó hace días durante su visita a las Canarias el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Será en breves semanas, anunció. Sin embargo, todavía hoy el Gobierno no baraja fechas para acabar definitivamente con este campamento-pesadilla.

Sin respuesta de acogida

Las cifras de migrantes continúan batiendo récords. Se absorben, se distribuyen, se recolocan, pero el flujo de llegadas es muy superior a la respuesta de acogida, explica el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, que subraya que hace falta inmediatez y una urgente respuesta para desmantelar Arguineguín. El mandatario autonómico confía en la solidaridad y ayuda de la UE tras las palabras de la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, durante su visita junto a Grande-Marlaska.

De hecho, el presidente regional asegura que el Gobierno central trabaja ya en un plan de urgencia para atajar la crisis migratoria que vive el archipiélago. Según el dirigente, varios ministerios están participando en un grupo de trabajo, que en breve propondrá soluciones para aliviar la situación del muelle.

Sin embargo, las promesas del ministro del Interior y las palabras de la comisaria europea no ha convencido a todo el mundo. Muchos líderes canarios esperan una respuesta más contundente por parte del Ejecutivo central a la crisis que vive el archipiélago. Otros, como Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria, aseguran que la posición de Europa es absolutamente radical y contraria a que estas personas se trasladen al continente. El presidente de la institución insular afirma con contundencia que la UE quiere convertir a Canarias en una cárcel para los migrantes.

La falta de acciones concretas y contundentes para paliar la crisis migratoria tras la visita de Grande-Marlaska ha levantado muchas críticas políticas. Y fue precisamente el vicepresidente del Gobierno regional, Román Rodríguez, el primero en reprochar al ministro su escaso compromiso a través de un mensaje en Twitter. Los líderes de Podemos en Canarias también critican la gestión de la crisis, a pesar de que la formación morada forma parte del Gobierno estatal. No nos valen visitas ni promesas vacías. Tanto los migrantes como el pueblo canario se merecen el respeto del Estado y de la UE, subraya la coordinadora general de Podemos Canarias, Laura Fuentes. Los podemistas, que también son socios de Torres en el Gobierno regional, reprochan al Estado la mala coordinación entre ministerios y tilda de hipócrita y decepcionante el reciente paso de Grande-Marlaska y Johansson por las islas. A estos reproches se une también Casimiro Curbelo, portavoz de ASG (Asociación Socialista Gomera) y socio del Gobierno canario, que pide al Estado una mayor capacidad de actuación y planificación.

Críticas al presidente canario

El también presidente del Cabildo de La Gomera reclama, asimismo, infraestructuras estatales para albergar a los migrantes que arriban a la isla occidental. Australia Navarro, presidenta del PP en Canarias, también juzga la gestión de la crisis migratoria en el archipiélago, pero sus flechas fueron a parar directamente al presidente canario. Torres no tiene ninguna fuerza, ni ante el Gobierno central, ni la dirección federal del PSOE para que el Estado intervenga y ataje esta crisis, subraya.

Los trabajadores de Salvamento Marítimo, mientras, esperan respuestas con urgencia. Están completamente desbordados, según explica el delegado sindical de CGT de la entidad pública, Ismael Furió. El problema aquí no consiste en la falta de embarcaciones o medios físicos, sino la falta de personal. Tras la crisis de 2008 la flota se redujo y en cada barco solo pueden viajar tres personas un patrón, un mecánico y un marino por lo que rescatar a cientos de personas durante meses es muy complicado.