Victoria de Borbón-Dos Sicilias, hija de los duques de Calabria, acaba de anunciar su matrimonio con un multimillonario griego. La joven, de 26 años, termina así con la leyenda que la convirtió en candidata ideal a princesa de Asturias. Es más, de ella se llegó a decir que fue educada por su madre para ser reina de España, título que habría llegado a lograr si en la Casa Real se concertaran matrimonios.

Biznieta de la hermana mayor de Alfonso XIII, Victoria reunía todas las condiciones menos una: el príncipe Felipe siempre la vio como a una hermana. Es curioso comprobar cómo todas las candidatas ideales a esposa del heredero español se cansan de esperar y acaban por casarse con otros. Primero aguardan --influidas por sus madres, ilusionadas con verlas reinas-- y, al final, siguen su camino. Le pasó a Tatiana de Liechtenstein, que se instaló en Madrid para promover un acercamiento al príncipe Felipe.

La lista de aristócratas que pasaron temporadas en España para hacerse las encontradizas dio lugar a varios idilios virtuales, como los que unió a Felipe con Carolina de Habsburgo; Carolina de Walburg, y la citada Tatiana.

Todas se casaron con otro.

Tras comprobarse que ser princesa no es condición sine qua non para casarse con el Príncipe, la inmigración de candidatas ha llegado a las grandes fortunas. El último nombre es el de una joven francesa, hija del dueño de LVMH, la empresa que aglutina a las más importantes firmas de lujo. La chica conoció al heredero en una boda y su padre la ha mandado a Madrid para que esté a mano. Con los años, también ella se casará con otro. O no.