TCtuando la quimioterapia le echaba ya un pulso a su cáncer, Manolo Escobar confesó a este diario que seguía cantando por dos motivos: porque el aplauso le tonificaba y para no tener que vender un solo cuadro. Tenía 2.000, atesorados desde los años 70 y almacenados en dos habitaciones de su chalet de Benidorm. Eran su obsesión. Su tesoro. Con un arte indultaba al otro.

Porque, pese a ser un icono de la España de la pandereta, y cantarle al toro, a la minifalda y al carro, el almeriense no era ningún paleto. Era un coleccionista de arte intuitivo que acabó --cuidado-- siendo un forofo del expresionismo alemán. "Con las primeras 5.000 pesetas que gané me compré una acuarela de Francisco Gimeno El retrato del señor Llobet , y luego añadí sorollas, casas... --recordaba hace un par de años--. Pero empecé a ir a museos y solo veía pintura contemporánea. Al final me gustó... Llegué a adquirir un Miquel Barceló por 400.000 pesetas que hoy vale una millonada".

Ese "al final me gustó" explica que su paladar se fue educando a medida que crecía su pinacoteca. Aprendió a base de patear galerías y de comprar decenas de libros de arte, y con la disciplina del autodidacta, fue vendiendo algunas de sus primeras piezas --"ya no les veía la gracia"--, para comprar otras que le interesaban más. Así fue como vendió un Sorolla que le costó 2,5 millones de pesetas a la Fundación Lladró por un potosí. Y así, solo, sin asesores, acumuló obra de Zuloaga, Gris, Nonell, Tàpies, Guinovart, Chillida, Saura, Fontana, Arroyo, Gordillo, Uslé, Plensa, Baselitz y Polke.

Asiduo de ARCO, era tal su compulsión que durante tres años se abstuvo de ir a galerías y subastas para no caer en la tentación. Pero tuvo la satisfacción, justo el año pasado, de exponer una selección de 134 piezas en el Centro de Arte de Alcobendas, localidad cercana a Madrid donde residió durante dos décadas. El comisario de aquella cita, Juan Manuel Bonet, no cabía en sí de gozo. El magnetismo de Escobar arrastró a la sala a gente que "cuando escucha las palabras arte moderno sale corriendo", admitió. El conseguía eso, y hasta hacer cantar el Y viva España a un conocido indepententista catalán. NURIA NAVARRO