El temporal no afloja en China. Ya hay 105 millones de afectados, unos 1,6 millones de evacuados y 70 muertos. Los meteorólogos anuncian más tormentas en los próximos tres días. La situación es más que preocupante para los 4,6 millones de habitantes de Chenzhou, en la provincia de Hunan, que encadenan siete días sin agua ni luz. "Es un desastre natural sin precedentes en la historia china", dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Pero ayer llegaron los primeros indicios de que lo peor ya ha pasado: el caos de las comunicaciones empezó a resolverse. Solo un aeropuerto está cerrado y muchos trenes ya funcionan.

Se ha restablecido la línea que une Pekín con Guanzhou, en Cantón, cuya estación resume estos días la tragedia de millones de trabajadores atrapados en vísperas de las vacaciones de Año Nuevo. El servicio permitirá viajar a 400.000 pasajeros diarios, poco más que un goteo por el cuello de botella formado durante estos días. La estación vendió más de 3,5 millones de billetes, de los que deben descontarse los 700.000 pasajeros que ya viajaron y los 380.000 que los devolvieron. Eso deja un remanente de 2,5 millones en espera.

CAMPESINOS POBRES En general se trata de campesinos de lejanas y paupérrimas provincias del interior que soportan durante un año las lamentables condiciones laborales que mantienen viva la fábrica del mundo esperando esa escasa decena de días de vacaciones. Muchos de ellos malgastan días en incómodos trenes. Este año tendrán que descontar también los de espera en la estación. La mayoría prefiere esperar bajo el paraguas a desistir, como propone el Gobierno.

La desesperación provocó ayer tensiones entre los viajeros y los agentes antidisturbios, sobre los que cayó una lluvia de vasos de plástico. Las autoridades enviaron a 16 psicólogos a la estación de Hangzhou, capital de la provincia de Zhejiang. "El desánimo y la ansiedad pueden conducir a un mal funcionamiento del sistema inmune y causar problemas psicológicos", decía uno.

El Ejército ha sido movilizado en la llamada guerra contra la nieve, y ayer la televisión mostraba a los soldados limpiando carreteras blancas y repartiendo mantas y abrigos a los viajeros.

Las peores nevadas en medio siglo tendrán efectos muy negativos para la economía. El impacto en las cosechas de hortalizas y verduras ha sido "catastrófico", según Pekín, que lleva meses intentando embridar sin éxito la inflación. Los alimentos subieron el año pasado un 12,7%. El cerdo, capital en la dieta, se encareció un 60%. Las hortalizas ya han triplicado su precio en algunas zonas.

En medio del caos, el China Daily informaba ayer de la detención de 7 estraperlistas en Guanzhou por esquilmar a los hambrientos viajeros.