Qué mejor profesión que aquella que mezcla lo dulce con el arte. Así lo han pensado un grupo de alumnos -14 chicas y 1 chico- que durante cinco meses han participado en el curso de pastelero que ha impartido César López, un profesional de la repostería y propietario del Obrador Escuela La Casa. Con un interés absoluto y con muchas ganas de aprender, el grupo no ha dudado en ponerse manos a la obra para adentrarse de lleno en un exquisito mundo envuelto de azúcares, pastas, gelatinas, chocolates, frutas, milhojas, tiramisú y guindas para después, con espátula en mano y, sobre todo, con mucha imaginación, elaborar la mejor repostería para el público. "Son unos dulces de muy buena calidad y artesanales", explicaba César López tras el acto de clausura del curso celebrado recientemente en Coria. Un fin de curso que llegó con regalo incluido, sobre todo, para el público que tuvo la oportunidad de brindarle al paladar las mejores joyas endulzadas elaboradas por los alumnos.

Al igual que en la pintura, el arte de la repostería no tiene límites y con imaginación es capaz de plasmar cualquier ámbito de la vida. En este caso, la cultura y la fauna se dejaron ver en los postres que ofrecieron los alumnos. Un apetitoso San Marcos de nata y crema convertido en un libro abierto invitando al público casi a leer o un delicioso petit-su transformado en forma de cisnes de nata posados sobre una lámina de agua en un lago logrado con gelatina y colorante azul son algunas de las curiosidades que el público no solo pudo ver, sino también llevarse a la boca y que fueron elaboradas por Oscar Luceño, uno de los alumnos y el único chico del curso. "Es una repostería muy selecta, muy laboriosa de hacer y que se ve mucho en pastelerías de ciudades como Madrid y Barcelona", comentó este joven aficionado al mundo de la repostería y que no dudó en apuntarse al curso para especializarse en este campo. "Siempre me ha gustado mucho la repostería, de hecho, trabajé en un restaurante en Barcelona y ahora he querido aprovechar esta oportunidad para especializarme en este área", añadió. De momento, toda la experiencia adquirida durante estos cinco meses ahora podrá materializarla en las clases prácticas que realizará en el Hotel Palacio a partir del próximo lunes.

Formar a nuevos pasteleros y facilitarles el acceso al mercado laboral ha sido el objetivo del curso y que algunos han logrado, unos en grandes superficies dentro del área de la alimentación y otros en centros sanitarios en la cocina. Quien sabe si con el tiempo y con la misma paciencia que aplican en sus creaciones lleguen a ser los grandes referentes de la repostería. "La figura del repostero será clave en muchos restaurantes porque parte de una buena comida es un buen postre", subraya César López.