El asesino confeso de Marta del Castillo, Miguel Carcaño, tiene una "recursos limitados", una "inteligencia de normal a baja que le impide prever conductas a largo plazo" y es egoísta y manipulador, según los peritos que lo examinaron.

El juicio por la violación y asesinato de la joven sevillana, en enero de 2009, escuchó ayer a los psicólogos que han tratado a sus padres, quienes han certificado la "ansiedad permanente" que sufren y su "dolor acrecentado" al ver como callan quienes podrían revelar donde se encuentra su cuerpo. Los dos forenses y una psicóloga que analizaron a Carcaño, que ahora tiene 21 años, dijeron que es una persona que "manipula y miente" y además es "egocéntrico", pues "primero piensa en su propio beneficio y luego en el resto de las personas".

Pese a ello, destacaron que no tiene ningún trastorno de la personalidad, que no presenta "elevados rasgos de agresividad", salvo los propios de la adolescencia, y que su hermano Francisco Javier Delgado, también acusado, hizo para él las funciones de padre y fue la única persona que le puso límites.

El procesado no conoció a su padre biológico, el compañero de su madre tuvo con él una "afectividad superficial" y su madre no le puso límites, por lo que esa función la asumió su hermano, de quien Carcaño llegó a decir a los peritos: "Me hubiese gustado que fuese más mi hermano que mi padre".