TMteg Ryan ya nos mostró en aquella mítica escena del restaurante en Cuando Harry encontró a Sally lo difícil que puede llegar a ser para una persona (vale, sí, para un hombre) distinguir si un grito de placer sale del estómago o de la rutina. Ya han pasado veinte años desde aquello y, en la actualidad, si uno desea saber lo ducho que es en estos asuntos lo puede hacer en internet. Se trata de la misma prueba, pero con mucha menos clase y sin Billy Crystal mirando --es decir, lo que se pierde por un lado se gana por otro--. En este concurso online muestran el rostro de diez mujeres poniendo caritas y hay que adivinar quién está diciendo la verdad y quién finge. A mí me pasa lo mismo con algunos rostros que se esconden tras las ventanillas de la Administración, que cuando pregunto algo y me ponen caritas me cuesta distinguir si me van a contestar desde el estómago o desde la rutina. Pero también me pasa con otras muchas cosas, que no soy capaz de saber hasta qué punto son ciertas, como las fechas del AVE, los problemas del PP, la crisis del campo, las ayudas europeas, el fin de la burbuja inmobiliaria, la inestabilidad de las puntocom, la necesidad de trasvases, el relleno de las croquetas de bolsa- Porque la vida se ha convertido en un concurso de adivinar grititos. Pero la culpa la tenemos todos. Porque en el fondo, a todos nos gusta poner caritas y que los demás crean que nuestros orgasmos son ciertos, aunque no estemos disfrutando. Por cierto, el premio del concurso en la red es un Delight Vibrator , que, según la publicidad, "hace de lo bueno algo mejor". Total, para poder poner caritas sin mentir ni tener al lado a un Billy Crystal. Genial, ¿no?