Carmen Laforet, la autora de Nada , una de las novelas fundamentales de la posguerra española, murió ayer en Madrid a la edad de 82 años. La escritora que hace años llevaba una vida recluida y que no publicaba desde hace dos décadas, será incinerada hoy en un acto íntimo en el cementerio de la Almudena, donde será incinerada.

La autora era víctima desde hacía años de una enfermedad degenerativa que afectaba a su memoria. Uno de sus cinco hijos es el también escritor Agustín Cerezales.

Nacida en Barcelona en 1921, Laforet pasó su infancia juventud en Canarias, pero regresó a la capital catalana a los 18 años para estudiar Filosofía y Letras y Derecho. En Barcelona se instaló en casa de su abuela paterna, en la calle Aribau. Ese entorno estudiantil es el que apareció cinco años más tarde en su primera novela, Nada , escrita en Madrid.

Con Nada se alzó como ganadora de la primera edición del Premio Nadal, en 1944. La carrera crítica y de público de la obra fue fulgurante. Un meteoro. Sólo en el año de su publicación se produjeron tres ediciones y en 1948 obtuvo el prestigioso premio Fastenrath de la Real Academia Española. La novela fue una de las grandes renovadoras de la gris novelística de posguerra, comparable a La familia de Pascual Duarte , de Cela, o de El camino , de Delibes.

MIEDO ESCENICO Luego vino el miedo escénico. La autora se alejó del universo literario hasta 1952 con su segunda novela, La isla y los demonios . Seis años después publicó La mujer nueva , obra por la obtuvo el Premio Menorca y el Premio Nacional de Literatura. En 1963 se editó La insolación , primera parte de una trilogía que no llegó a completar. En 1970 publicó La niña y otros relatos . Después, su carácter retraído, su dedicación a la familia --se casó con Manuel Cerezales y tuvo cinco hijos-- y posteriormente la enfermedad la sumieron en un largo silencio literario.

En los últimos años y promovido por el profesor puertorriqueño Israel Rolón, estudioso de su obra, editorial Destino ha recuperado algunos inéditos de la autora. Es el caso de la correspondencia entre Carmen Laforet y Ramón J. Sender, quienes se cartearon entre 1965 y 1975 y la novela La mujer nueva , que narra en clave de autobiografía espiritual el proceso de conversión religiosa de una mujer casada que decide transformar su vida.

"Era una mujer muy reservada y muy delicada, de pocos amigos pero muy íntimos". Así la ha definido el escritor Antonio Vilanova, que la conoció en los años en los que ella estaba gestando Nada .