Carola se ha quedado pelona porque el brujo tuerto se llevó su melena, pero sus amigos y el hada le ayudarán a recuperar su pelo. Esta es la historia de Carola Pelona , la protagonista de un cuento infantil escrito por Laly Serrano Pérez con ilustraciones de Isabel García-Moreno, que ha editado Caja Rural de Extremadura.

El libro, que está escrito en verso, está dedicado "a esos héroes pequeños, obligados a luchar contra brujos tuertos y otras especies malignas" y pretende ser una herramienta para el personal sanitario y familias con niños enfermos.

Este trabajo surgió de un detalle que Laly Serrano, auditora interna desde hace 13 años de Caja Rural de Extremadura, quiso tener con un amigo que tenía una hija enferma de leucemia. "Escribí la historia como una forma de animarles e inyectarles optimismo", explicó la autora.

Para ello, pidió a Isabel García-Moreno, licenciada en Bellas Artes e hija de otro compañero de esta entidad, que le hiciera un par de dibujos, "pero nos dio una sorpresa e hizo unas ilustraciones preciosas".

Al proyecto se fueron sumando personas de esta casa y al ver el resultado, Caja Rural de Extremadura quiso compartirlo con todos aquellos que atraviesan por una situación similar, por ello ha donado ejemplares a los hospitales, bibliotecas y asociaciones oncológicas.

El presidente de esta entidad, Mariano Señorón Rubio, que presentó ayer el libro acompañado por la consejera de Sanidad y Dependencia, María Jesús Mejuto, calificó el libro de "entrañable" y destacó que "el apoyo, la solidaridad y la amistad son virtudes que han influido en este trabajo".

Aunque el origen del cuento es el cáncer, la autora no desea circunscribirlo únicamente a esta enfermedad, por lo que explicó que "el tema central de la historia es cualquier dificultad ante la que se encuentre un niño". Los brujos tuertos puede aparecer en forma de enfermedad, deficiencia, falta de integración, déficit de amor o problemas familiares.

Las ilustraciones esconden objetos para que los más pequeños puedan jugar a descubrirlos. A Isabel García-Romero le encantó la idea, aunque lo que más le costó fue proyectar en sus dibujos el cáncer. "Al ser una niña era impactante representarla sin pelo, pero se reorientó y lo resolví de otra forma, en ninguna escena sale Carola sin pelo", señaló.

Para la consejera de Sanidad, "el libro habla por sí solo". En opinión de Mejuto, esta obra es una aportación "muy sensible y válida" para las instituciones sanitarias que se ocupan de la parte clínica, científica o asistencial de estos niños "y que en gran medida necesitan un apoyo de la sociedad".

También es una ayuda necesaria para los familiares, que saben que el resto de la sociedad "es consciente del problema y quiere estar ahí ayudando con nuevas medidas para hacer más llevadera la situación, que es bastante delicada".