Hay un restaurante en Mérida donde la comida no solo entra por la vista. El local Tabula Calda ha traducido sus menús al lenguaje braille para que las personas ciegas no tengan ningún problema a la hora de pedir sus platos favoritos sin necesidad de contar con ayuda de nadie. Los empleados del establecimiento se dieron cuenta de esta dificultad, ya que los invidentes "pedían que les leyeran el menú" y la situación se hacía incómoda y de todo punto era injusto que no pudieran elegir como los demás, asegura Manuel Sánchez, dueño del restaurante emeritense.

Ante esa dificultad, se pusieron en contacto con la ONCE para poder hacer una carta traducida al braille y la organización aceptó la idea. "No fue fácil", recuerda Sánchez, y fue en Madrid donde se realizó el proceso, ante la novedad del evento en Mérida, pero merecía la pena con tal de "facilitar las cosas a estas personas invidentes".

Una vez solventada esta cuestión, los menús, entrantes y postes ya no suponen ninguna traba para los ciegos en este local, algo por lo que el propietario se muestra muy satisfecho e invita a que los demás establecimientos aboguen por esta iniciativa, ya que "es una forma de normalizar las situaciones, porque era incómodo encontrarse con una situación así".

Además, al restaurador le ha salido gratis, dado que el servicio lo ha pagado la ONCE.

Cocina natural

Este restaurante esta especializado en productos naturales, con los que elabora menús de la tierra, que ofrece a los numerosos turistas que hacen aquí escala para comer, ya que es un lugar de paso entre el teatro romano y el centro de la ciudad.

No en vano es miembro de asociación Slow Food, por lo que los ingredientes son muy cuidados, incluso la mayoría de las frutas y verduras que utiliza son biológicas, cultivadas sin productos químicos en su propia huerta.

Todo eso se traduce en unos platos con ingredientes totalmente naturales y sabores especiales. Además, esa habitual presencia de turistas les ha hecho escribir sus menús también en inglés, francés, alemán y portugués, ya que un gran número de sus clientes procede de esos países.

Tabula Calda es por esta y otras circunstancias un establecimiento muy particular, con una decoración exquisitamente elegida y que le ha convertido, pese a contar tan solo con cinco años de vida, en uno de los restaurantes de referencia de la capital extremeña.

Con muy poco, ha logrado mejorar los servicios para que las personas invidentes se sientan como en su casa a la hora de comer, porque aquí los clientes no se ponen ciegos de comida, sino que les facilitan la vista para facilitarles su estancia.