Los datos de la encuesta Juventud en España 2004 reflejan una caída en picado de religiosidad en España en las nuevas generaciones. En esta delicada materia una tercera parte (33%) de los más de nueve millones de jóvenes entre los 15 y los 29 años se declaran abiertamente no religiosos (no creyentes, indiferentes, ateos o agnósticos). La investigación también revela un alejamiento con la doctrina católica, hasta el punto de que en los últimos cuatro años se ha reducido a menos de la mitad el porcentaje de los jóvenes católicos practicantes: del 28% al 13%.

En opinión de Lorenzo Navarrete, sociólogo de la Universidad Complutense de Madrid y uno de los autores del informe, parece claro que los jóvenes "ya no van con sus padres a misa y como mucho asisten a bodas y bautizos. Ellos se organizan sus propias ceremonias". Sin embargo, un 68,3% de los que se declaran católicos practicantes reconocen que han tenido relaciones sexuales completas y un 71,1 han tomado precauciones, algo condenado por la doctrina de la Iglesia.