La Pasarela Gaudí jugó ayer su baza europea --la que apostó por los talentos belgas Dirk Schönberger y Raf Simmons-- en una jornada doblemente internacional. Por lo que se vio sobre la pasarela y por el grito, ya global, contra la guerra que se escuchó desde los asientos. La ministra de Cultura, Pilar del Castillo, encajó dos pitadas en un debut en el Gaudí en el que diseñadores, modelos y la propia organización le dieron la bienvenida con pegatinas con el símbolo de la paz. Del Castillo recibió un abucheo al grito de "¡Pilar del Castillo, castigada al pasillo!". La orden profesoral surgió de la grada izquierda --¡por Dios! ¡la izquierda!-- del pabellón Italiano, en el 17.º desfile del Gaudí.

El clima bélico no sólo transpiró en los pasillos, también en los percheros. Por ejemplo, el belga Schönberger aderezó su impecable colección para hombre con charreteras (divisa militar en forma de pala) en sus jerséis y lemas antiguerra en sus chaquetas (foto).