Crece en la sociedad alemana el descontento por el silencio del Papa tras la reunión que mantuvo el viernes con el presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania para ser informado del escándalo de los abusos sexuales cometidos por religiosos. Políticos y grupos católicos le urgieron ayer a que se pronuncie.

"La Iglesia necesita ser más honesta y estricta consigo misma, y esto incluye al Papa", dijo Wolfgang Thierse, vicepresidente del Parlamento alemán. Alois Gluck, miembro del Comité Central de Católicos, calificó la situación como "el peor momento" de la Iglesia alemana que recuerda, mientras que Dirk Taenzler, líder de la Federación de Jóvenes Católicos, opinó que "el Santo Padre debe decir algo".