Astrónomos de Canadá y EEUU han logrado observar por primera vez un sistema planetario diferente al nuestro, concretamente uno formado por una joven estrella llamada HR 8799, situada a unos 128 años luz de la Tierra, y tres planetas gigantes que orbitan a su alrededor. Christian Marois y su equipo no solo los detectaron, sino que los fotografiaron en directo, una auténtica primicia en el imparable sector de los cazaplanetas.

Desde que en 1995 se anunció el descubrimiento del primer planeta que orbitaba alrededor de una lejana estrella, la lista ha crecido rápidamente hasta llegar a unos 340 objetos, lo que supone prácticamente una media de 30 nuevos por año. De ellos, además, más de 80 tienen compañeros, es decir, forman sistemas con más de un planeta. El problema es que ninguno --los únicos propuestos son muy discutidos-- había sido contemplado en directo puesto que la luz de su estrella deslumbra a los observadores situados en la Tierra: es como si intentáramos detectar un mosquito apoyado en un lejano y potente faro. Sabíamos de su existencia por medios fiables, pero siempre indirectos (los planetas de gran tamaño influyen gravitatoriamente en el movimiento de las estrellas alrededor de las cuales orbitan). Ahora las cosas han cambiado.