Además de la utilización de células madre de embriones sobrantes, cada vez está más perfeccionada la obtención de células madre a partir de tejidos del propio paciente. Son conocidas cómo células madre pluripotentes inducidas (iPS) y se logran artificialmente mediante la reprogramación de células adultas diferenciadas. Estas células pluripotentes se diferenciarían en células cardiacas y en menos de un mes se podrían tener injertos funcionales, lo que evitaría el rechazo que sufren muchos de los pacientes trasplantados. Al ser sus propias células, el sistema inmune del cuerpo no lucharía contra ellas.