Un plano general abre el documental sobre la coronación de la Virgen de Guadalupe.

El realizador, de una casa fotográfica de Plasencia enseña la plaza de la villa ocupada por miles de gentes y a la jerarquía eclesiástica, a las puertas del monasterio, apiñada en torno a la Virgen, aún sin su corona.

Pocos testimonios filmados en Extremadura se conservan de aquella época. Un año después se rodaría la presencia extremeña en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, y en una copia restaurada, se presentó en la Exposición Universal de Sevilla de 1992.

Hay otros testimonios posteriores: un filme sobre Berzocana de 1932 y otra sobre una romería, filmada en 1957. Pero la aportación más relevante del cine vinculado a Extremadura es Tierras sin pan , documental rodado por Luis Buñuel, y del que se conserva una copia en la filmoteca extremeña. El impacto fue tal que fijó durante años una imagen de la región, contra la que esta ha tenido que luchar denodadamente.

COMISION

Para la coronación de 1928 una comisión de ciudadanos de Guadalupe se había desplazado a Cáceres para entrevistarse con el obispo Segura Sáez y solicitarle que llevara a cabo gestiones para declarara a la Virgen guadalupana patrona de España.

La película del acontecimiento culminaba un proceso y entonces (en ese día de 1928), con una mirada que apenas interviene (y cuando lo hace es para mostrar su impericia de camarógrafo), el realizador, instalado en un altillo lateral de la plaza, realiza la toma más larga en varios planos similares y fijos. Casi podría decirse que el documental se ha rodado en un único plano montado sobre la marcha por el propio director.

Gentes bien vestidas observan con entusiasmo nada disimulado la ceremonia. El entusiasmo parece desbordarse. En algunos momentos, uno de los asistentes de las autoridades religiosas se dirige a la multitud para pedir silencio. En la coronación participaron los obispos de las tres diócesis extremeñas, así como otros prelados y el Nuncio Apostólico de España. En un lugar destacado, sobre todo por su vestimenta (rodeado de religiosos), el rey Alfonso XIII, de militar de gala, asiste a la ceremonia.

La ceremonia es sencilla. Discurre la primera parte en la entrada al monasterio, donde se procede a la coronación. El realizador cambia la posición de la cámara para rodar la bajada de la jerarquía eclesial a la plaza. Entonces puede observarse como, a la izquierda, otro camarógrafo rueda también las imágenes de aquel acontecimiento.

Posteriormente, la Virgen recorre la plaza, rodeada de la multitud, agolpada en las calles que desembocan en la plaza y en los balcones de las viviendas del entorno. Antes de recogerse, tropas militares recorren en desfile el escenario.

Los últimos momentos de estos ocho minutos que se han conservado muestran al rey Alfonso XIII, con otro vestido militar, departiendo con los frailes a las puertas del monasterio.