El glamour de los Oscar de Hollywood superó la tensión por la guerra en Irak que precedió a esta edición, y celebró con sobria brillantez y un llamamiento a la paz la fiesta anual del cine. Sólo los Oscar podían ofrecer este contrapunto a la guerra contra Irak, reflejando entre los elegantes vestidos de noche de sus estrellas las heridas que está dejando en esta sociedad la confrontación. "¿Por qué hemos venido a la ceremonia cuando el mundo está tan agitado? Porque el arte es importante", recordó sin embargo Nicole Kidman, y Michael Moore, Oscar al mejor documental por ´Bowling for Columbine´, arengó contra el Gobierno "ficticio" de Bush.