TSti vives en una ciudad extremeña y eres de los que no puedes --o no quieres-- huir durante este mes de agosto, tienes que estar preparado para sentir en tres dimensiones aquellas series de ciencia ficción que nos hablaban de bombas de neutrones, unas que mataban todo bicho viviente y dejaban intactos los edificios. El próximo fin de semana será uno de esos en los que se puede recorrer las calles con un silencio inquietante. En ocasiones la quietud esconde otra cara de la moneda y no todo es tranquilidad. Me contaban hace poco que las guarderías públicas cierran todas en agosto y si te toca trabajar has de buscarte la vida. A nadie se le ha ocurrido que podrían dejar una en funcionamiento, de la misma manera que habría que proseguir con experiencias como las de abrir alguna en horarios diferentes a los de la oficina funcionarial. Tal vez nadie haya pensado que el camarero, la enfermera, la cajera del supermercado o el guardia de seguridad tienen horarios tan distintos que habría que tenerlo en cuenta a la hora de planificar los servicios públicos. Así que en nuestras ciudades está casi todo cerrado y sólo están abiertas las piscinas. Bueno, en Badajoz no: aquí somos tan listos que empezamos las obras en junio. Siempre puedes usar las climatizadas, aunque es una lástima que para poder nadar por las tardes en San Roque tengas que ir a sacarte un carné que sólo se expide de nueve a dos y en la Granadilla. En fin, que algún día habría que pensar en diversificar los periodos vacacionales de manera que se evitasen tanto los atascos y la masificación como el cierre casi total de las ciudades del interior.