Atrevidas, valientes, quizás temerarias o, simplemente, chicas con ganas de hacer deporte. Lo cierto es que, puestas a emplear su tiempo libre en la sana práctica deportiva, han optado por el rugby, un deporte más asociado, hasta ahora, a la categoría masculina, aunque ellas rápidamente se apresuran a desmentirlo. Son Raquel Rojo, Sara Cordero, Marta Contreras, Natalia Mirat, Gabriela Bayle, Nuria Asensio, Rosi Muñoz, María Paniagua, Sara González y Carmen Jiménez, que forman parte del equipo femenino de CAR Cáceres.

"El rugby no es tan violento como parece desde fuera, tiene más importancia la técnica", dice Raquel, mientras que Marta, más osada, señala entre risas que "el hombre que diga que este juego es violento es que nos tiene miedo". "Quien piensa que es un deporte reservado para hombres es porque no ha visto jugar a ninguna mujer", añade Sara, que va más allá y asegura que "este es el deporte perfecto para las mujeres".

Ellas, médicos de familia, estudiantes de bachillerato por bellas artes, música o danza, por poner algunos ejemplos, empezaron en el rugby por recomendación de amigos o siguiendo a sus parejas, que forman parte del equipo sénior del CAR Cáceres y ahora están enganchadas . Sus motivaciones para seguir en este deporte son muy variadas: compañerismo, la deportividad, el contacto en el juego y, también, los golpes y el barro, un buen antídoto contra el estrés.

Solo han disputado, en Plasencia, pero reconocen que fue una experiencia inolvidable. "Desde que jugué por primera vez tengo cada vez más ganas de volver a jugar", dice Natalia. Raquel también acabó contenta y explica, como Sara, que en los partidos se aprende mucho más rápido.

Aún no son muchas y para ese primer partido necesitaron de la ayuda de los infantiles y alevines del CAR para completar el equipo. Los entrenos, a las órdenes de Emilio Herrero, los hacen con los juveniles. "Los entrenamientos son lo mejor", dice Marta, que lo explica: "Me gustan mucho cuando les hacemos un placaje y ellos a nosotras no porque somos mujeres y se piensan que somos jarroncitos o algo así".

Más que la fuerza, cuentan, en este deporte es muy importante la técnica. "Hay muchísimas reglas", se quejan algunas, pero no importa, ellas se han armado de paciencia para ir captando los conceptos del rugby poco a poco, sin prisas. "Me gustaría ir más rápido --dice Raquel--, porque cuando juego o veo un partido todavía hay muchos detalles que se me escapan y jugadas que no acabo de entender".

De momento no se plantean si el rugby es algo pasajero o no. No les importa. De momento solo quieren disfrutar con él y eso sí, empezar a jugar más partidos. ¿Y las lesiones? "No nos asustan", dicen, pero mejor ni nombrarlas.