Las gemelas con el genoma modificado existen. Es la primera certeza que emana de la investigación oficial sobre el científico chino He Jiankui. La segunda es el horizonte sombrío que espera al biólogo. Las autoridades han prometido que será castigado con severidad por violar la ley.

La investigación confirma que Lulu y Nana nacieron con el ADN alterado. El anuncio en noviembre de He agitó al mundo a pesar de que muchos pidieron una evaluación independiente para verificar el experimento. Las dudas razonables descansaban en la publicación a través de videos de Youtube y la clandestinidad en la que desarrolló su trabajo. Prometió que había enviado sus experimentos a una revista y que serían publicados tan pronto concluyera su revisión, que había expuesto su trabajo en conferencias universitarias y que lo había consultado con varios expertos estadounidenses y chinos. Pero no aclaró qué revista, qué universidades ni qué expertos.

Lulu y Nana están sometidas a observación médica, asegura este lunes la agencia de noticias oficial Xinhua. También confirma que, como había asegurado He, hay otra mujer embarazada con embriones genéticamente modificados. La intervención de las autoridades ha sido aplaudida por el gremio científico.“Este es el camino, es necesario que se proteja a los bebés”, opina un biólogo sin identificar en el diario hongkonés South China Morning Post. La salud de las gemelas y su alejamiento del foco público ha sido un desvelo recurrente. “Si dependiera de mí, nunca les diría que han sido genéticamente alteradas y les permitiría vivir como la gente normal. Es por su propio bien”, señaló Shao Feng, vice director del Instituto Nacional de Ciencias Biológicas. De ellas dijo He que estaban “sanas y felices”.

INMUNES AL VH

El científico provocó la repulsa global cuando en noviembre anunció que había ayudado a nacer a dos niñas con el ADN alterado para impedir que sus padres seropositivos las contagiaran con el virus VIH. El gremio científico alega que existen medios menos invasivos para protegerse del SIDA y que, en cualquier caso, esa ganancia palidece ante el angustioso horizonte de mutaciones genéticas en las niñas o sus descendientes. El biólogo vulneró la moratoria acordada por la clase cientofica mundial y traspasó la frontera entre la curación y la eugenesia.

Pero su futuro es lúgubre por haber vulnerado las leyes chinas que impiden la modificación genética en humanos. La investigación sienta que

He “organizó su proyecto junto a personal extranjero, evitó la supervisión de sus centros y usó tecnología de dudosa eficacia y seguridad para la edición de genoma humano con fines reproductivos”. El escrito también le acusa de buscar “la fama y la fortuna personal” y de falsificar los permisos éticos de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Shenzhen.

SIN NOTICIAS DE HE

Del científico no se tienen noticias desde que dos meses atrás defendiera su experimento en una convención en Hong Kong. Las informaciones periodísticas señalan que está encerrado junto a su familia en una vivienda de la universidad de Shenzhen con policía en la puerta. Su experimento, llevado a cabo de forma independiente, arrastró al lodo a la reputación de la ciencia en China cuando el gobierno pretende convertirla en uno de los pilares económicos. Robin Lovell-Badge, organizador de aquella convención en Hong Kong, manifestó recientemente su temor de que He pudiera ser condenado a muerte si las acusaciones incluían la corrupción. Otros expertos legales son más escépticos con la aplicación de una medida destinada a altos cargos y no a científicos.