El Gobierno chino ha prohibido los abortos selectivos en función del sexo del bebé, que en zonas rurales habían causado un descenso del nacimiento de niñas durante los últimos 25 años. Los abortos de fetos femeninos se incrementaron a causa de la política impuesta del hijo único, aplicada en China para frenar el aumento de la población.

Con la nueva regulación, elaborada por la Comisión de Planificación Familiar y el Ministerio de Salud, se pretende "acabar con la discriminatoria práctica de dar preferencia a los bebés de sexo masculino".

A partir de ahora, tras determinar el sexo del feto, únicamente se podrá practicar el aborto por razones médicas y sólo los hospitales y clínicas autorizados por el Gobierno podrán realizar ecografías para saber si se trata de un niño o una niña. Además, antes de proceder a un aborto deberá presentarse un certificado que demuestre que peligra la salud de la embarazada.

La política del hijo único es practicada en China desde finales de los años 70, aunque no fue oficialmente una ley hasta el año pasado, y ha tenido como efecto un apreciable descenso de nacimientos de niñas frente al de niños, sobre todo en zona rural.

En el campo chino, donde el refrán dice que "una niña es una felicidad, un niño es una doble felicidad", muchas familias suelen ahorrar durante meses para poder pagarse una ecografía en caso de embarazo. Si es niña, la mujer aborta.