China, acosada por la expansión del síndrome respiratorio agudo y grave (SARS), ha amenazado con tomar medidas más cruentas para frenar la expansión de la enfermedad: ejecutar o condenar a cadena perpetua a cualquier persona que propague "intencionadamente" el mortal virus. Esta medida afectaría a los enfermos que se nieguen a ser aislados o que no admitan los síntomas.

China, que ha registrado ya 271 muertes, cuatro en las últimas horas, ha realizado una severa interpretación de sus leyes sobre enfermedades contagiosas.

Seguridad pública

"Propagar intencionalmente patógenos de enfermedades contagiosas repentinas, poniendo en peligro la seguridad pública o causando daños personales graves, la muerte o cuantiosas pérdidas para la propiedad pública o privada, será castigado con sentencias de entre 10 años y cadena perpetua o la pena de muerte", ha advertido la agencia oficial de noticias Xinhua.

"La medida es demasiado extrema", ha denunciado por teléfono desde Hong Kong el activista de los derechos humanos Frank Lu, quien ha añadido que el castigo "viola el acuerdo internacional de derechos humanos y no fue aprobado por el Congreso Nacional del Pueblo (parlamento chino)".