Las cifras que divulgan progresivamente las autoridades chinas, más de 32.477 muertos y 220.109 heridos seis días después del terremoto que asoló 100.000 kilómetros cuadrados en la provincia suroccidental de Sichuan, revelan una inmensa tarea de reparación de daños materiales y morales.Sólo en esa provincia, donde se encuentra Wenchuan, epicentro del seísmo, el número de muertos asciende a 31.978 y el de heridos, a 209.905, anunció hoy la oficina de atención a emergencias. Las localidades con más víctimas mortales son Mianyang, con 11.874, y Deyang, con 10.341, añadió la oficina.

El presidente chino, Hu Jintao, continuó hoy su recorrido por las zonas devastadas, donde aseguró a los supervivientes que el Gobierno no les abandonará. También pidió a las autoridades locales que pongan en marcha planes para recuperar la normalidad de la vida diaria, con protección especial a huérfanos y discapacitados.

Con 4,8 de personas sin hogar y decenas de miles de familias afectadas, con miembros fallecidos o heridos, los expertos empiezan a analizar cómo debe abordar el Gobierno comunista la tarea de reconstrucción moral y material. "Los desplazados son tantos como la población del estado de Minesota -unos cinco millones de personas-, en EEUU. El Gobierno deberá analizar si reconstruye sus viviendas en la misma zona o los realoja en otras áreas de la provincia o del país", declaró a la radio un experto chino.

La misma fuente elevó a 23 millones los afectados psicológicamente por el desastre, mientras que millones de emigrantes de Sichuan en otras partes del país se han quedado sin familiares y sin casa.

Escenas de dolor y esperanza siguieron acaparando hoy las informaciones de los medios, como la cadena de televisión CCTV, que emitió, entre otras, las enternecedoras imágenes de una madre que asistió al rescate de su hijo, de unos 12 años. Abrazada a su hijo, le daba ánimos al ser evacuado en helicóptero, pero la televisión concluyó el relato con el anuncio de que el niño "lamentablemente, después de una hora de intervención, murió porque le fallaron los pulmones y el corazón".

Con un total de 33.000 rescatados vivos hasta el momento, según cifras oficiales, hoy fueron localizados entre los escombros más supervivientes, como Tang Xiong, sacado de las ruinas de un hospital en la localidad de Beichuan, 139 horas después del seísmo. Otro, Zhang Xiaoping, fue rescatado entre los amasijos de un edificio desplomado en Dujiangyan, una de las ciudades más afectadas, pero antes tuvieron que amputarle las piernas por debajo de las rodillas ya que estaban aprisionadas entre placas de cemento.

También hoy se produjo la evacuación por helicóptero a la capital de Sichuan, Chengdú, desde la reserva de osos panda de Wolong, de un grupo de turistas británicos. Dos de sus miembros, Penélope Edwards y Judy Wong, dijeron a CCTV que fue un milagro que no les alcanzaran las rocas que se desprendían de las montañas mientras todo se oscurecía por el polvo y la tierra. "Al principio creí que era una avalancha porque comenzaron a caer tierra y piedras sobre nosotros. Comencé a correr alejándome de la montaña", dijo Edwards.

La Sociedad Nacional de la Cruz Roja de China envió hoy a las zonas devastadas un millón de dólares en ayuda de emergencia, como material sanitario, leche, alimentos, fideos, agua potable, mantas, linternas, impermeables, ropas y tiendas. Alimentos, generadores, agua potable y mantas, donados por las Fuerzas Armadas de EEUU y valorados en 1,6 millones de dólares, llegaron también hoy a Chengdú, la primera ayuda humanitaria suministrada por una institución castrense extranjera.

Según fuentes oficiales, en las últimas 24 horas se ha soltado el agua acumulada en presas y lagos, que ayer obligó a evacuar a miles de personas en la zona por riesgo de inundaciones. Unos 700 metros cúbicos de agua acumulados en uno de los ríos que atraviesa el distrito de Qingchuan fueron liberados artificialmente, tras superar los 10 millones de metros cúbicos de agua.

Por otra parte, las autoridades informaron hoy de que están seguras y bajo control las instalaciones nucleares en las zonas afectadas por el devastador terremoto.