El impacto beneficioso de la crisis en las emisiones mundiales de CO2, consecuencia de una menor actividad industrial y lógicamente de un menor consumo de combustibles fósiles, apenas ha durado 12 meses. Las emisiones, que bajaron un 1,3% en el 2009 respecto al año anterior, volverán a subir en el 2010 y de forma mucho más acusada, en concreto un 3%, debido al empuje de China y la India, según la organización internacional Global Carbon Project (GCP). Podría decirse que la recesión en materia ambiental ha pasado de puntillas por los dos gigantes asiáticos.

El estudio del GCP, consorcio que reúne a especialistas de diversas instituciones, se ha publicado en la revista Nature Geoscience justo una semana antes del inicio de la próxima cumbre de la ONU sobre el clima, que se celebra en Cancún (México). "No es una buena noticia", resume el catalán Pep Canadell, director ejecutivo del GCP y coautor del trabajo. De hecho, un 3% de aumento significa volver a la media del periodo 2000-2008. "Además, el retroceso del PIB mundial fue menor de lo previsto y la intensidad del carbono eficiencia con respecto al PIB solo mejoró en un 0,7% en el 2009", añade Pierre Friedlingstein, profesor de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y coautor del estudio.

Las emisiones del 2009 cayeron el 11,8% en Japón, el 6,9% en EEUU, el 8,6% en el Reino Unido, el 8,4% en Rusia y el 7% en Alemania, entre otras potencias, pero se compensaron con los aumentos del 8% de China, el 6,2% de la India y el 1,4% de Corea del Sur. Este año cambiará.

EXPORTACIONES A OCCIDENTE Con estos datos, China y la India se consolidaron como primera y tercera potencia en cuanto a producción de CO2 de origen industrial --combustión de combustibles fósiles--, pero quizá lo más espectacular es que ambas capitalizaron el 92% del aumento mundial. El GCP, no obstante, advierte de que incrementos tan elevados obedecen en buena parte a que en Asia se producen bienes que luego se consumen en Europa y EEUU.

No obstante, entre tanta desolación hay datos que llaman a la esperanza. Uno de ellos son las emisiones de CO2 relacionadas con la deforestación y cambios en el uso de la tierra, que disminuyen a marchas forzadas. "Han pasado de representar el 25% del total mundial en los años 90 a solo el 12%", destaca Canadell, del centro CSIRO.