El Ejecutivo francés, con el presidente Jacques Chirac y su primer ministro Jean Pierre Raffarin en cabeza, se implicó oficialmente ayer en la lucha contra la contaminación del Prestige que afecta ya un total de 150 kilómetros de playa de su costa atlántica. Chirac expresó públicamente su indignación y ordenó poner bajo coordinación francesa a partir del domingo los medios de lucha contra la contaminación, en un plan franco-español.

Raffarin anunció nada más llegar a la zona la asignación de una primera partida de 50 millones de euros (8.320 millones de pesetas) para el comienzo de la limpieza.

El jefe del Estado francés intervino pública y excepcionalmente al final del Consejo de Ministros para hacer saber que se ocupa personalmente de esta crisis y denunciar con vehemencia la situación. Ante estas catástrofes, dijo Chirac "no podemos resignarnos porque no son una fatalidad sino el resultado de acciones humanas incontroladas por lo que Francia y Europa no dejarán que hombres de negocios deshonestos, bandoleros del mar, se aprovechen cínicamente de la falta de transparencia del sistema".

Un mensaje político claro que Raffarin y la ministra de Medio Ambiente, Roselyne Bachelot, se encargaron de vehicular hasta la zona afectada. Raffarin expresó su deseo de estar "al lado de los que luchan para recuperar nuestro patrimonio litoral".