Chocolate, kiwis y miel son las "pócimas mágicas" de los cuatro candidatos favoritos al Elíseo: el conservador Nicolas Sarkozy, la socialista Ségolène Royal, el centrista François Bayrou y el ultraderechista Jean-Marie Le Pen. Ninguno toma medicamentos para aguantar el maratón que supone la campaña electoral a las elecciones presidenciales del 22 de abril (primera vuelta) y 6 de mayo (segunda), según un artículo que publica hoy "Le Parisien du Dimanche".

El chocolate negro es la debilidad de Sarkozy, de 52 años, quien come poco, bebe mucha agua y no le gusta el alcohol y tampoco fuma. El ex ministro de Interior y presidente de la conservadora y gobernante UMP lleva además un estricto régimen de vida: duerme siete horas, detesta salir de noche (salvo si es por obligación), se levanta temprano y hace siestas cortas durante el día y carreras de "footing" de una hora y media dos veces por semana.

El secreto de Royal, de 53 años y adicta a las barritas energéticas de chocolate, pasa también por comer ligero, dormir siete horas y hacer pequeñas siestas durante el día. La candidata socialista, que hace un poco de gimnasia y se da masajes, sí toma una copa de vino tinto en las comidas, pero tampoco fuma.

A sus 55 años, Bayrou duerme sólo cinco horas, se levanta temprano (a las seis de la mañana) para caminar durante una hora por París, toma un copioso desayuno y luego devora kilos de fruta a lo largo del día, especialmente kiwis y zumos de pomelo. El presidente de la UDF bebe vino en la cena, pero no fuma.

Al igual que Sarkozy y Royal, Le Pen, de 78 años, limita su alimentación y tampoco fuma. El decano de los doce candidatos al Elíseo tiene una agenda de campaña electoral tranquila, con pocos desplazamientos, aunque sí muchas intervenciones en los medios de comunicación. Sufre de insomnio, por lo que pasa las noches leyendo y se duerme al alba. Cuando se levanta hace un poco de gimnasia y flexiones. Antes de un mitin saborea una cucharada de miel y pasa temporadas en un hotel de Suiza donde, según "Le Parisien", se somete a curas de revitalización que "esconderían fórmulas de oxigenación de la sangre".

De los doce candidatos sólo fuman el líder francés contra la globalización, José Bové, que no se separa nunca de su pipa, y el troskista Gérard Schivardi, aficionado a los cigarrillos rubios sin filtro.