"Deberían meterse ya" a vaciar la barcaza "con una manguera y una bomba". Con estos términos tan al alcance de cualquiera, urgía ayer al Gobierno Antonio Cortés, un experto del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica, adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Cortés argumentó que al ser el fuel más ligero que el del Prestige y al estar hundido a 50 metros, era "fácil" extraerlo, mientras que su vertido podría dañar gravemente la costa.